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¿Ha ganado Israel la batalla de la Marcha de las Banderas?

Colonos judíos fanáticos con banderas israelíes participan en la marcha anual del Día de la Bandera que pasa por la Puerta de Damasco hacia la Ciudad Vieja de Jerusalén el 18 de mayo de 2023. [Mostafa Alkharouf - Anadolu Agency].

Desde 1968, los israelíes desfilan por la ciudad santa ocupada de Jerusalén para celebrar la ocupación de la parte oriental de la histórica ciudad palestina en 1967, después de que la parte occidental fuera ocupada en 1948.

Al principio, un amplio abanico de israelíes participaba en el desfile; sin embargo, con el tiempo, el desfile se convirtió en un espectáculo religioso judío sólo para los judíos nacionalistas extremistas que insistían en atravesar el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén con cánticos racistas, como "murió el profeta Mahoma (PBSCE)", "muerte a los árabes" y "que ardan vuestros pueblos".

El provocador desfile, que va acompañado de asaltos masivos a la mezquita de Al Aqsa, cierres de comercios palestinos, evacuaciones de palestinos de Jerusalén y violentos ataques contra palestinos, provocó la respuesta de los palestinos en 2021, ya que la resistencia palestina de Gaza amenazó con lanzar cohetes hacia Jerusalén si los participantes provocaban a los palestinos.

Los arrogantes nacionalistas judíos israelíes, respaldados por el gobierno israelí, atacaron a los palestinos y asaltaron la mezquita de Al Aqsa, lo que provocó el lanzamiento de cohetes desde Gaza dos horas después del inicio del desfile. Sonaron sirenas de cohetes en Jerusalén y los participantes desaparecieron, lo que marcó el inicio de una ofensiva israelí sobre Gaza que duró diez días.

Según un informe de Naciones Unidas (ONU) y Human Rights Watch, 260 personas murieron durante la ofensiva israelí, entre ellas 66 niños y 40 mujeres. Otras 2.000 resultaron heridas. Cientos de miles de personas fueron desplazadas internamente cuando la aviación israelí bombardeó varios edificios residenciales de gran altura y destruyó todo un barrio de Al-Rimal.

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Ese incidente convirtió la Marcha de las Banderas en un asunto político con el que Israel exhibió sus músculos y demostró su superioridad sobre la resistencia palestina. Se movilizaron más de 3.000 policías israelíes y otros 2.000 efectivos de seguridad para proteger a los participantes.

La administración del presidente estadounidense Joe Biden, para evitar fricciones con los palestinos, instó a Israel a cambiar la ruta de la marcha y evitar el barrio musulmán. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió que la procesión no cambiaría su recorrido.

El Movimiento de Resistencia Palestina Hamás pidió a los palestinos que reunieran al mayor número posible de personas para rezar en la mezquita de Al Aqsa. La Sala Conjunta de las Facciones de la Resistencia Palestina amenazó al gobierno de ocupación israelí por las consecuencias del desfile, que contó con la participación oficial del gobierno.

Participaron en la marcha miembros del gabinete de Netanyahu, entre ellos el ministro extremista de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, la ministra de Transportes, Miri Regev, el ministro del Néguev y Galilea, Yitzhak Wasserlauf, y el ministro ultraortodoxo de Jerusalén, Meir Porush. Además, también participaron varios diputados judíos.

El desfile, que Israel insistió en que era una muestra de su soberanía sobre la ciudad de Jerusalén, puso a Israel en estado de máxima alerta durante varios días, antes, durante y después de la marcha. Además del despliegue de miles de efectivos de seguridad, Israel desplegó tres tipos de sistemas de defensa antiaérea: la Cúpula de Hierro, la Honda David y la Flecha o Hetz.

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¿Cuándo ha utilizado Israel este lenguaje? ¿Cuándo ha dicho Israel que no atacaría a los palestinos porque no le interesa ser atacado? Es un mensaje nuevo. Es el lenguaje de un gobierno débil, el lenguaje de un primer ministro débil, el lenguaje de un Estado con un ejército derrotado.

El Estado ocupante, que celebra la unificación de su capital, no debe tener miedo. Tal celebración debe llevarse a cabo sin tales preparativos de seguridad si los celebrantes confían en sí mismos, en su soberanía y en su poder. Una celebración así, organizada y llevada a cabo entre el miedo a consecuencias indeseadas, refleja la debilidad de los organizadores.

Tal celebración, que requirió la supresión de los palestinos y musulmanes y necesitó su desaparición forzosa de las escenas, refleja la falta de propiedad y la falta de conexión con el propio lugar. Tal celebración no refleja vínculos históricos o religiosos con la ciudad santa, ni políticos o soberanos.

Para ocultarse del verdadero oponente -la población autóctona de Jerusalén- Israel insistió en reflejar que su oponente en esta batalla es la resistencia palestina de Gaza. A pesar de que la batalla fue unilateral, Israel la perdió porque su oponente real, los habitantes de Jerusalén, no fueron derrotados. Siguen allí: viviendo, trabajando, rezando, defendiendo sus derechos y luchando contra los intrusos.

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Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente

 

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