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Aunque Irak logra un momento de tranquilidad en medio de su agitación, los riesgos no desaparecen por completo

El primer ministro iraquí Mohammed Shia al-Sudani en Bagdad, Irak, el 21 de enero de 2023 [IRAQI PRIME MINISTRY PRESS OFFICE/Anadolu Agency].

Ayudado por los boyantes precios del petróleo y un periodo de calma política en el país y en la región, Irak parece más estable que en cualquier otro momento desde la invasión liderada por Estados Unidos, aunque el intento del gobierno de consolidar los logros con un derroche presupuestario puede resultar una base inestable.

En el cargo desde octubre, el Primer Ministro Mohammed Shia Al-Sudani ha puesto en marcha un programa para reconstruir las infraestructuras y atraer a los inversores extranjeros, pero los analistas afirman que los planes corren peligro por las inciertas perspectivas de los precios del petróleo y se enfrentan al reto de mantener una delicada diplomacia en una región volátil.

"Las perspectivas a corto plazo son positivas, pero a medio y largo plazo se plantean grandes retos", declaró un diplomático occidental.

Llevado al poder por grupos musulmanes chiíes respaldados por el vecino Irán, Sudani superó su primera gran prueba esta semana al conseguir que el Parlamento aprobara el presupuesto estatal.

También ha realizado un difícil ejercicio de equilibrismo diplomático en el manejo de las relaciones con sus acérrimos rivales, Irán y Estados Unidos.

Sudani se ganó los elogios de Washington al poner en práctica las exigencias de detener el contrabando de dólares a Irán en violación de las sanciones estadounidenses, pero ha mantenido contentos a los aliados de Teherán en Irak con una oleada de contrataciones estatales y planes de grandes proyectos para crear nuevas oportunidades de trabajo para los milicianos, muchos de ellos de grupos respaldados por Irán, ahora que su lucha contra Daesh ha sido ganada.

Un legislador de la comunidad musulmana chiíta mayoritaria de Irak, que respalda a Sudani, dijo que el primer ministro estaba trabajando "como un diplomático de éxito que puede mantener buenas relaciones con Occidente y los estadounidenses y, al mismo tiempo, asegurarse de enviar mensajes positivos a Teherán."

El legislador, que declinó dar su nombre para poder hablar libremente del Primer Ministro, dijo que los partidarios de Sudani, alineados con Irán, lo veían como un hombre que actuaría como gestor para mejorar los servicios básicos, al tiempo que protegía sus intereses.

Problemas sin resolver

El asesor de Asuntos Exteriores del gobierno, Farhad Alaaldin, afirmó que Sudani servía a todos los iraquíes, no sólo a los aliados de Irán.

"Hacía mucho tiempo que no disfrutábamos de este tipo de estabilidad política, en la que las crisis a las que nos enfrentamos se abordan en salas de reuniones y bajo el techo del Parlamento, y no fuera de él", declaró Alaaldin.

Se trata de un cambio radical con respecto al año pasado, cuando la rivalidad entre grupos chiíes bloqueó la formación de gobierno, provocando violencia y avivando el temor a una guerra civil en una nación que ha sufrido conflictos y caos desde la invasión de 2003.

La calma se refleja en otras zonas de Oriente Medio, donde Irán, de mayoría chií, y Arabia Saudí, de mayoría musulmana suní, han restablecido lazos, aliviando una rivalidad que a menudo se ha extendido por toda la región.

Sin embargo, los analistas afirman que muchos de los problemas de Irak siguen sin resolverse, desde su fuerte dependencia de los ingresos del petróleo y del volátil mercado mundial de la energía hasta la corrupción y el sectarismo.

"El sistema de corrupción y clientelismo político está muy arraigado y ha sofocado cualquier intento de reforma en los últimos 20 años", afirmó Renaud Mansour, Director de la Iniciativa Iraquí del grupo de reflexión londinense Chatham House.

Mansour afirmó que Irak podría desestabilizarse fácilmente por problemas más allá de sus fronteras, y calificó al país de "patio de recreo de problemas regionales y mundiales". Sin embargo, afirmó que la distensión entre Arabia Saudí e Irán "ofrece potencialmente a Irak cierto espacio para respirar".

Irak sigue siendo vulnerable a las conmociones geopolíticas, incluso en el norte, controlado por los kurdos, donde los partidos rivales están enfrentados. Turquía e Irán han puesto en marcha operaciones militares contra grupos militantes kurdos que amenazan su seguridad nacional.

Cargas financieras Los retos también abundan en otros lugares. Los temores de guerra civil del año pasado sólo disminuyeron cuando el clérigo populista chií Muqtada Sadr se retiró de la política y sus numerosos seguidores abandonaron las calles. Pero ya se ha retirado antes y, según los analistas, podría volver a encender las calles si intentara regresar.

No obstante, Sudani ha cosechado éxitos. Su presupuesto fue aprobado tras duras negociaciones para ganarse el respaldo de las facciones chiítas, kurdas y árabes suníes.

Pero el presupuesto, el mayor de Irak, prevé un gasto de 198,9 billones de dinares (153.000 millones de dólares) con planes para añadir más de 500.000 trabajadores a una burocracia ya hinchada, haciendo caso omiso de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.

La mayoría de las familias dependen de los ingresos de parientes con empleos estatales, difíciles de recortar si caen los precios del petróleo y se desploman los ingresos del Estado.

Para reforzar la economía, Sudani ha cortejado la inversión extranjera y ha reactivado un acuerdo de 27.000 millones de dólares con las francesas TotalEnergies y QatarEnergies para desarrollar la producción de petróleo y gas.

Sus iniciativas diplomáticas han incluido visitas a Alemania, Francia y Arabia Saudí. Pero, sobre todo, se ha asegurado el apoyo de Estados Unidos, que tiene 2.500 soldados en Irak para asesorar y ayudar en la lucha contra los restos de Daesh.

La secretaria de Estado adjunta para Asuntos de Oriente Próximo, Barbara Leaf, afirmó que el programa de reformas económicas y de lucha contra la corrupción del gobierno era "exactamente lo que el médico había recetado".

"Apoyaremos a este gobierno en la aplicación de estas medidas", declaró en Bagdad en mayo, calificando a Irak de lugar de cooperación y no de "campo de batalla".

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente

 

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