El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha proporcionado otra razón por la que los palestinos no deben confiar en la comunidad internacional para una solución política a la ocupación colonial de su tierra por parte de Israel. Más que el derecho internacional, Guterres no ofrece más que esperanza. ¿Cómo se espera que los palestinos articulen sus demandas cuando todo lo que el jefe de la ONU puede ofrecer está completamente desvinculado de los derechos políticos?
"No podemos perder la esperanza", advirtió Guterres en el Seminario Internacional de Medios de Comunicación de la ONU sobre la Paz en Oriente Medio de 2021. "Debemos explorar todas las oportunidades para revitalizar el proceso de paz". Cómo espera que se manifieste esto simplemente no lo sabemos. Se limitó a ofrecer más declaraciones generales sobre la voluntad política y la reanudación del diálogo. La exploración de todas las oportunidades se redujo entonces al compromiso de los dos Estados que, afirmó, "sigue siendo la única parte que garantiza que tanto palestinos como israelíes puedan hacer realidad sus legítimas aspiraciones".
¿A quién cree Guterres que está engañando cuando habla del compromiso de los dos Estados como el cumplimiento de las "aspiraciones legítimas"? Legitima la colonización israelí del territorio palestino desde 1948 hasta la actualidad, así como sus consecuencias, incluida la limpieza étnica de ciudades y pueblos palestinos; las masacres y los desplazamientos a escala masiva. Los palestinos, por su parte, no realizarán ninguna de sus legítimas aspiraciones con el paradigma de los dos Estados porque el respaldo de la "solución" al colonialismo es contrario a su legítima lucha por la descolonización.
Cuando Guterres habla de retrocesos, por ejemplo, debería aclarar que la política exterior abiertamente pro-israelí de la administración Trump permitió a la ONU dar un paso atrás y ver cómo se aceleraba el proceso colonial. Mientras tanto, el legado de los Acuerdos de Abraham fue malinterpretado intencionalmente por el secretario general de la ONU como una oportunidad para reiniciar las negociaciones diplomáticas.
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La mayor tragedia para los palestinos es que sus derechos dependen de una institución internacional que saboteó deliberadamente su existencia con el Plan de Partición de la ONU de 1947. Guterres puede hablar de que los asentamientos son contrarios al derecho internacional, pero la diferencia entre los asentamientos anteriores y la expansión actual apenas supone una diferencia en términos de tierras palestinas robadas. La ONU legitimó la anterior colonización sionista y posteriormente creó un paradigma hipotético que refleja el Plan de Partición, para garantizar que los palestinos se vean privados permanentemente de su tierra, y mucho menos de un Estado.
¿Permitirá Guterres que el pueblo palestino "explore todas las oportunidades" para reclamar sus aspiraciones políticas, en lugar de que los diplomáticos internacionales aprovechen todas las oportunidades para pontificar sobre la "paz" sin trabajar para descolonizar la tierra palestina? De alguna manera lo dudo. En cualquier caso, ¿por qué deberían los palestinos dejar que su concepto de Estado se defina por la preservación por parte de la comunidad internacional del colonialismo de colonos de Israel?
Mientras Guterres aboga por la "esperanza", Israel sigue creando lealtades políticas y alterando el territorio palestino hasta el punto de dejar obsoleto el concepto de dos Estados. Y sin embargo, Guterres insta a los palestinos a depositar su "esperanza" en una política colonial destructiva.
Además, en un seminario relacionado con los medios de comunicación, Guterres restó importancia al periodismo independiente y libre, a pesar de decir que tiene un "papel crucial". Con la narrativa de los principales medios de comunicación ya muy desequilibrada a favor de Israel, la declaración de Guterres no hizo nada para promover puntos de vista que van en contra de las narrativas falsas de Israel. Por el contrario, el mensaje de Guterres implicaba su preferencia por la aquiescencia de los medios de comunicación en cuanto al compromiso de los dos Estados. Cuanto menos se cuestione, más podrá la ONU salirse con la suya al hablar del paradigma en términos de la más mínima posibilidad de que algún día se aplique, en lugar de que los medios hablen de la complicidad de la ONU en las pérdidas territoriales y políticas de Palestina.
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