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Eurovisión desafía a Israel a enfrentarse a la música

El apoyo a Palestina no sólo consiste en una resistencia heroica con poco más que palos y piedras frente a uno de los ejércitos con la tecnología más avanzada del mundo. Tampoco trata sólo sobre políticas y gobiernos de lobbies. Como ha demostrado la campaña pacífica de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), también consiste en generar consciencia pública y apreciar las
artes, la cultura, la diversidad y la unidad.

Ahora, el mayor evento de música en directo del mundo, el Festival de la Canción de Eurovisión, está en el punto de mira del movimiento de BDS; probablemente, el más rechazado por Tel Aviv de todos los proyectos pro-Palestina. Es probable que Israel encontrara difícil el justificar una respuesta al BDS con su estrategia por defecto de usar gas lacrimógeno, bombas y balas; todo
esto han utilizado contra los manifestantes desarmados en las protestas semanales de la Gran Marcha del Retorno desde el día 30 de marzo. Como resultado, hay miles de hombres, mujeres y niños asesinados o heridos.

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Ahora parece que las líneas de batalla se están dibujando sobre Eurovisión, un acontecimiento musical que atrae a casi 200 millones de telespectadores cada año. Israel será el anfitrión del festival en 2019, pero existe un problema; el “elefante en la habitación” sionista, por decirlo así.

Bien: en el a menudo ridiculizado concurso de Eurovisión - un acontecimiento musical adorado en todo el mundo, todo hay que decirlo - no sólo es importante la música. Ha acabado convirtiéndose en una celebración internacional de la diversidad cultural y de la unidad global en la que no tiene lugar el apartheid de Israel.

“Los valores fundamentales de Eurovisión son la inclusión, la diversidad y la unidad, y el terrible trato de Israel hacia los palestinos es el polo opuesto,” explicó Granate Kim, el Director de Comunicaciones de la Voz Judía para la Paz (JPV) esta misma semana. “Ser el país anfitrión supondría un gran impulso para Israel a la hora de mejorar su imagen pública y blanquear sus
terroríficos crímenes de guerra y leyes racistas. Pero ya se ha topado con obstáculos. Los israelíes querían celebrar el evento en Jerusalén, pero tuvieron que echarse atrás por intentar desvergonzadamente afirmar su control ilegal sobre la ciudad.”

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De hecho, decenas de grandes artistas se han unido a un llamado palestino que exige que Israel sea retirado como el anfitrión de Eurovisión 2019, a tan sólo días de que los organizadores del concurso se reúnan en asamblea general, donde podrían tomar la decisión de instaurar este cambio. Junto a la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural de Israel (PACBI), se ha
publicado una petición - “Eurovision: Artwashing Apartheid” - que ya ha reunido más de 25.000 firmas. Haciendo paralelismos con el apartheid de Sudáfrica, la petición pide un apoyo global pidiendo a los “miembros de la Unión Europea de Radiodifusión - nuestras emisoras públicas - que se retiren del Festival de la Canción de Eurovisión de 2019 en Israel para no convertirse en
cómplices de las constantes violaciones israelíes de los derechos humanos palestinos.”

Se pide a quienes firman la petición que confirmen que: “Apoyamos a los muchos artistas, incluidos antiguos concursantes, que han respaldado la petición de los artistas periodistas palestinos de dar la espalda a Eurovisión 2019. Instamos a los compositores y artistas a boicotear el festival de 2019 celebrado en Israel del mismo modo que boicotearon el régimen de apartheid en Sudáfrica.”

Algunos países europeos ya han amenazado con boicotear el evento a menos que se encuentre un nuevo país anfitrión. Voz Judía para la Paz señaló que “en Islandia casi el 8% de la población se ha unido a la campaña a favor de la celebración de Eurovisión en otro país.” Estrellas internacionales como Shakira, Lorde o Lana Del Rey han cancelado sus conciertos en Israel este año. “Ahora hay que centrarse en impedir que Israel celebre Eurovisión,” dijo Kim. “El espectáculo se enfrenta a un boicot sin precedentes debido a la presión de aliados palestinos sobre varios países clave.”

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Este mismo año, el fundador de Pink Floyd, Roger Waters, el galardonado director de cine Ken Loach y la novelista Yann Martel se unieron a otros 140 artistas para firmar una carta que exigía el boicot al Festival de la Canción de Eurovisión. “Mientras que los palestinos no disfruten de libertades, justicia y derechos igualitarios, no deberá establecerse una relación normal con el
Estado que les niega sus derechos fundamentales,” insistieron. Cabe destacar que seis artistas israelíes también firmaron la carta abierta: Aviad Albert, Michal Sapir, Ohal Grietzer, Jonatan Shapira, Danielle Ravitzki y David Opp.

Usando el hashtag #Daretodream, Eurovisión ha anunciado por Twitter que el próximo año participarán 42 países, pero no todos ellos están situados geográficamente en Europa. A menudo los críticos preguntan cómo y por qué Israel ha tenido permitido competir en el concurso. Es una cuestión a la que respondió aquí el columnista de MEMO Asa Winstanley en 2017, cuando escribió acerca del significado de Eurovisión para Israel. Explicó que la emisora pública israelí es parte de la Unión Europea de Radiodifusión, por lo que calificó para el “concurso de música pop más bien ordinaria.” Esa, añadió, es la respuesta técnica.

“La razón fundamental es esta: Israel es una colonia europea implantada a la fuerza en el corazón del mundo árabe. Por lo tanto, es, básicamente, un proyecto europeo. Al igual que Australia (que ahora también compite en Eurovisión), Israel es una entidad colonial que expulso de forma violenta a la población indígena para fundar un asentamiento supremacista blanco en el extranjero.
Probablemente el paralelo más apto es el régimen colonial que fundó Sudáfrica. Como Israel, la Sudáfrica blanca expulsó a la población indígena para crear una nueva nación colonial.” Aunque, por supuesto, el Festival de la Canción de Eurovisión es a menudo objeto de bromas y burlas, un boicot de la escala propuesta por el BDS y sus partidarios sería algo sin precedentes, y atraería la atención mundial hacia las injusticias que sufren diariamente los palestinos. Hace mucho tiempo que Israel se enfrenta a la música ante su brutal ocupación militar de Palestina. ¿Podría haber un mejor vehículo para esto que un boicot contra el festival de Eurovisión celebrado en Israel? Lo dudo.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autora y no reflejan
necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

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La periodista y autora británica Yvonne Ridley ofrece análisis políticos sobre asuntos relacionados con el Oriente Medio, Asia y la Guerra Mundial contra el Terrorismo. Su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones de todo el mundo, de Oriente a Occidente, desde títulos tan diversos como The Washington Post hasta el Tehran Times y el Tripoli Post, obteniendo reconocimientos y premios en los Estados Unidos y el Reino Unido. Diez años trabajando para grandes títulos en Fleet Street amplió su ámbito de actuación a los medios electrónicos y de radiodifusión produciendo una serie de películas documentales sobre temas palestinos e internacionales desde Guantánamo a Libia y la Primavera Árabe.

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