La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris afirmó que la democracia de Israel requiere un "poder judicial independiente", sumándose así a la polémica por las enmiendas judiciales propuestas por el primer ministro Benjamin Netanyahu, que desataron protestas masivas en Israel.
"Estados Unidos seguirá defendiendo los valores que han sido los cimientos de la relación entre Estados Unidos e Israel, lo que incluye seguir fortaleciendo nuestras democracias, que como ha dicho el embajador [israelí], ambas se basan en instituciones fuertes, controles y equilibrios, y añadiré: un poder judicial independiente", dijo Harris.
La vicepresidenta intervino en una recepción ofrecida por la Embajada de Israel en Washington. Sus comentarios sobre el poder judicial fueron recibidos con aplausos.
Harris también reafirmó el "férreo compromiso con la seguridad de Israel" de la administración del presidente Joe Biden.
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Las calles de Israel fueron testigo de protestas sin precedentes durante semanas después de que Netanyahu anunciara un paquete de enmiendas previstas al Tribunal Supremo, con miembros de su coalición religiosa nacional acusándole de elitismo y extralimitación.
Bajo presión interna y externa, incluida la del gobierno de Biden, Netanyahu ha retrasado la aplicación de las enmiendas en un esfuerzo por alcanzar un consenso con la oposición política.
Los críticos ven a Netanyahu, que está siendo juzgado por cargos de corrupción que él niega, como una amenaza para la independencia de los tribunales.
Economistas de alto nivel y expertos en seguridad nacional han advertido de las repercusiones del plan, afirmando que un poder judicial independiente es vital para las normas democráticas y la fortaleza económica de Israel.
Antes de que Harris hablara, el presidente israelí Isaac Herzog dijo en un discurso por vídeo a la multitud que planeaba visitar la Casa Blanca y dirigirse a una sesión conjunta del Congreso de EE.UU. "en un futuro próximo". Se espera que el viaje tenga lugar en julio.
Biden aún no ha cursado una invitación de la Casa Blanca a Netanyahu, a pesar de la condición de Israel como principal aliado en Oriente Próximo.
Las relaciones entre Biden y Netanyahu se han enfriado desde que el presidente estadounidense asumió el cargo. Biden ha presionado al primer ministro israelí en los últimos meses para que abandone el plan de enmienda judicial.
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