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Un Golfo más verde es posible, y Qatar puede abrir el camino

Vista de Qatar Petroleum (QP), empresa estatal responsable de todas las fases de la industria del petróleo y el gas en Qatar, el 29 de diciembre de 2010 [Nadine Rupp/Getty Images].

El mundo se encuentra en una coyuntura crucial, ya que las nefastas consecuencias del cambio climático global están cada vez más cerca. Aunque actualmente se distribuyen de forma desigual entre las naciones, sus efectos acabarán trascendiendo las fronteras y afectarán a todo el planeta. Un aspecto crítico para abordar este problema radica en revolucionar nuestra producción energética para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Esta es precisamente la razón por la que el Golfo, epicentro de los combustibles fósiles, ha captado recientemente la atención mundial.

En los Estados del Golfo han entrado en juego consideraciones estratégicas divergentes impulsadas por condicionantes políticos y económicos. Sin embargo, en medio de este complejo panorama, hay destellos de esperanza. A la cabeza de las energías renovables, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí han surgido como actores notables. Mientras tanto, Qatar, conocido como el principal productor y exportador de gas natural de la región, posee el potencial para dibujar un futuro prometedor en este difícil camino, ya que se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la intensidad de carbono de las instalaciones de gas natural licuado (GNL) en un 25% y a ampliar la movilidad de los vehículos eléctricos en el transporte público para 2030. Aprovechando su posición ventajosa y desarrollando una arquitectura financiera en la mezcla, Qatar puede convertirse en una fuerza pionera en la consecución de un Golfo más verde.

A la hora de abordar el cambio climático en la región del Golfo, es vital que cada país aplique políticas respetuosas con el clima. Sin embargo, una prioridad común debe ocupar un lugar central: la diversificación energética mediante la transformación de vastos territorios desérticos en centros eficientes de energías renovables. En este sentido, la planta de energía solar de Al Kharsaah, en Qatar, inaugurada en 2022, constituye un hito digno de mención. Está previsto que esta instalación cubra el 10% de las necesidades energéticas del país, al tiempo que evitará la asombrosa cifra de 26 millones de toneladas de emisiones de carbono a lo largo de su vida útil. Tales logros ponen de relieve la importancia de incentivar a los inversores y a los responsables políticos en las fases de planificación de los proyectos de energías renovables. Garantizando que estas iniciativas puedan cubrir los costes de su ciclo de vida durante el periodo de amortización, Qatar puede desbloquear un enorme potencial para el suministro energético nacional.

Aunque el mercado energético de Qatar, al igual que el de sus homólogos del Golfo, depende tradicionalmente de los combustibles fósiles, con formidables barreras de entrada, es igualmente crucial animar a los grupos empresariales a invertir más en energías renovables. Dotarles de los conocimientos técnicos necesarios, facilitar los canales burocráticos y fomentar la concienciación social allanarán el camino hacia resultados prometedores. Resulta alentador que los anuncios del ministro de Energía, Saad Bin Sherida Al-Kaabi, indiquen el compromiso del país con el progreso. Los planes para construir otras dos plantas solares con una capacidad de 800 MW en la red nacional, en Ras Laffan y Mesaieed, son un paso valiente hacia un futuro más ecológico.

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La transición de los combustibles fósiles a las energías renovables plantea un reto formidable, especialmente para una nación como Qatar, cuya economía depende en gran medida de la producción y el comercio de gas natural. Con un asombroso 18,3% de las reservas totales de gas natural del mundo, Qatar se encuentra en una encrucijada. Dada la importancia de mitigar las emisiones de GEI, Qatar puede aprovechar su ventajosa posición para encabezar la creación de un entorno más ecológico. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) reconoce el uso del ciclo combinado de gas natural (CCGN) para reducir significativamente las emisiones de GEI. Con vastas reservas de gas natural, Qatar lleva ventaja en la transformación de su panorama energético.

Los métodos innovadores ya están transformando las instalaciones de GNL, inaugurando una nueva era de producción y reciclaje sostenibles. El proyecto North Field East es un testimonio de este progreso. Como parte de este esfuerzo de expansión, se integrará un sistema puntero de captura y secuestro de carbono (CCS) en las instalaciones de Qatar Energy en Ras Laffan. Esta iniciativa pone de manifiesto el compromiso de Qatar de adoptar tecnologías transformadoras y minimizar su huella de carbono.

Además, el liderazgo de Qatar se extiende al ámbito de la investigación y el desarrollo. El Centro de Investigación de Carbonatos y Almacenamiento de Carbono de Qatar (QCCSRC) es una iniciativa emblemática que reúne a renombradas instituciones internacionales de investigación para ser pioneros en tecnologías innovadoras de CAC. Centrado principalmente en el almacenamiento de carbono en yacimientos carbonatados, el QCCSRC se esfuerza por liberar todo el potencial de la CAC y allanar el camino hacia un futuro sostenible.

Emprender el arduo camino hacia un futuro sostenible requiere una gran determinación. Qatar, una nación arraigada en las economías basadas en los combustibles fósiles con vastas instalaciones de producción de petróleo y gas natural, se enfrenta a un camino difícil pero transformador hacia la adopción de energías renovables y la reducción de las emisiones de carbono. Dada la gran vulnerabilidad de las zonas costeras a la subida del nivel del mar provocada por el cambio climático, la situación se convierte en una cuestión de supervivencia debido a la concentración de la población en estas regiones. Equilibrar las consideraciones económicas con los objetivos de sostenibilidad es la clave del progreso. En particular, el aspecto financiero desempeña un papel clave, ejemplificado por la exitosa emisión por parte del Banco Nacional de Qatar de 600 millones de dólares en bonos verdes para financiar proyectos respetuosos con el clima. Mientras Qatar traza su rumbo hacia la ecologización del Golfo, las inversiones en energías renovables, la expansión de sectores respetuosos con el medio ambiente y el establecimiento de un marco financiero sólido marcarán sin duda el futuro de este prometedor empeño.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente

 

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Burak Elmalı es investigador adjunto en el Centro de Investigación de TRT World.

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