Siria y Túnez tienen previsto restablecer sus relaciones diplomáticas, reabrir sus respectivas embajadas y nombrar enviados, según informó ayer la agencia de noticias estatal siria, SANA. El anuncio se produjo tras una conversación telefónica entre los máximos responsables diplomáticos de ambos países.
El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Faysal Mikdad, discutió los planes con su homólogo tunecino, Nabil Ammar. Pretenden reforzar la representación de la embajada del país norteafricano en Damasco y nombrar un enviado a Siria. Mikdad afirmó que Siria intentará hacer lo mismo en Túnez en los próximos días.
El presidente tunecino, Kais Saied, ordenó el lunes al Ministerio de Asuntos Exteriores que iniciara los trámites para nombrar un embajador en Damasco. Un comunicado oficial señaló la "necesidad de adherirse a los principios de la política exterior de Túnez" y afirmó que las posiciones del país en el extranjero "emanan de la voluntad de su pueblo".
Túnez, como la mayoría de los Estados árabes, rompió lazos con el gobierno sirio hace casi una década en protesta por la brutal represión del presidente Bashar Al-Assad contra las manifestaciones prodemocráticas de 2011. Sin embargo, cada vez hay más peticiones para que Siria sea readmitida en la Liga Árabe, tras la normalización con Bahréin, EAU y las conversaciones en curso con Arabia Saudí, que se espera que reanude sus relaciones formales tras su acercamiento a Irán en febrero. Argelia ha sido uno de los pocos Estados árabes que ha mantenido lazos con Siria durante la crisis del país, mientras que Qatar se ha opuesto a la normalización con Damasco.
La semana pasada, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores qatarí, Majed Al-Ansari, declaró: "la postura de Doha es clara y coherente y no se ve afectada por las interacciones que están teniendo lugar, a menos que se produzca una evolución interna en Siria". Añadió que "no hay consenso árabe sobre la normalización con el régimen en estos momentos".
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