La economía egipcia se ha visto sometida a fuertes presiones en el último año: la libra egipcia ha caído, las divisas se han agotado y la inflación se ha disparado.
¿Cuál es la causa de los problemas económicos de Egipto?
Algunas de las causas se remontan a décadas atrás, como el fracaso del desarrollo industrial y las políticas de exportación que crearon un déficit comercial persistente.
Una moneda sobrevalorada, la debilidad de los derechos de propiedad y de las instituciones, y un Estado y un ejército autoritarios han disuadido la inversión y la competencia. Las subvenciones -aunque ahora se han reducido- han vaciado el presupuesto durante mucho tiempo.
La inversión extranjera, fuera del sector del petróleo y el gas, ha sido escasa, dejando que los ingresos por remesas, las tasas de tránsito por el Canal de Suez y el turismo desempeñen un papel crucial.
El presidente Abdel Fattah Al-Sisi suele culpar a los disturbios que siguieron a la revuelta de 2011 y al rápido crecimiento de la población -el Banco Mundial cifra el crecimiento anual de la población en un 1,7% en 2021- de las dificultades económicas del país. Desde 2020, las autoridades han apuntado a shocks externos, como la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania.
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Pero los analistas también citan errores políticos, como la costosa defensa de la libra egipcia, la dependencia de las volubles inversiones de cartera extranjeras y la incapacidad de llevar a cabo reformas estructurales.
¿Cómo de mal están las cosas?
La economía ha crecido a un ritmo constante, pero el impacto de ese crecimiento -previsto entre el 4% y el 5% este año- se ve atenuado por el aumento de la población. Muchos egipcios afirman que su nivel de vida se ha visto erosionado.
Desde marzo de 2022, la libra egipcia se ha depreciado casi un 50% frente al dólar. La aguda escasez de dólares ha frenado las importaciones y ha provocado una acumulación de mercancías en los puertos, lo que ha repercutido en la industria local.
La inflación general anual se disparó hasta el 25,8% en enero, el nivel más alto de los últimos cinco años, según datos oficiales. Los precios de muchos alimentos básicos han subido mucho más rápido.
Los datos oficiales clasificaban a cerca del 30% de la población como pobre antes de la llegada del COVID-19, y los analistas afirman que las cifras han aumentado desde entonces. Se calcula que el 60% de los 104 millones de egipcios viven por debajo o cerca del umbral de pobreza.
El desempleo ha descendido a poco más del 7%, pero la participación en el mercado laboral también se redujo de forma constante en la década hasta 2020. Algunas partes del sistema educativo público se encuentran en estado de colapso. Muchos licenciados, con la oportunidad de hacerlo, buscan trabajo en el extranjero.
¿A qué apoyos puede recurrir Egipto?
Tanto los países occidentales como los del Golfo han considerado a Egipto bajo el mandato de Sisi como un eje de seguridad en una región volátil.
Cuando las secuelas de la guerra de Ucrania provocaron en Egipto su última conmoción económica, El Cairo recibió miles de millones en depósitos e inversiones de aliados del Golfo, como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
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Pero aunque los Estados del Golfo también han renovado los depósitos existentes, han endurecido las condiciones para inyectar dinero nuevo, buscando cada vez más inversiones que proporcionen un rendimiento.
En marzo de 2022, el gobierno dijo que había iniciado conversaciones para su último paquete financiero del FMI, confirmando finalmente un préstamo de 3.000 millones de dólares vinculado a reformas que incluyen la reducción de la huella del Estado y de los militares en la economía.
¿Es sostenible la deuda de Egipto?
La carga de la deuda egipcia ha ido en aumento, aunque los analistas difieren sobre el riesgo que esto representa.
El Gobierno prevé que, a finales de junio, la deuda se sitúe en el 93% del PIB, un porcentaje que ha aumentado en los últimos años y que quiere reducir al 75% en 2026.
La pesada carga de la deuda, la subida de los tipos de interés y el debilitamiento de la moneda han elevado el coste del servicio de la deuda. Se prevé que el pago de los intereses de la deuda absorba más del 45% de todos los ingresos en el ejercicio presupuestario que finaliza en junio.
Los sustanciales pagos de intereses y principal de la deuda externa contribuyen a un gran déficit de financiación exterior, es decir, la diferencia entre la oferta y la demanda de financiación en divisas. Egipto debe devolver sólo al FMI 11.400 millones de dólares en los próximos tres años.
¿Cómo se ha gastado el dinero?
Más allá de los desembolsos en gastos ordinarios, incluidos los salarios y servicios públicos, Egipto ha gastado mucho en infraestructuras bajo el mandato de Sisi.
Esto incluye viviendas, una serie de nuevas ciudades y la rápida construcción de carreteras. El megaproyecto más destacado es una nueva capital en el desierto, al este de El Cairo, de la que un funcionario dijo que el Estado estaba intentando pagar el coste de 58.000 millones de dólares mediante ventas de terrenos e inversiones.
Las importaciones de armas de Egipto también aumentaron en la última década, convirtiéndose en el tercer mayor importador mundial, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz.
Las autoridades afirman que han aumentado el gasto en programas sociales para los pobres, incluido un plan de ayudas en metálico que cubre a cinco millones de familias, aunque los críticos afirman que la asistencia social es insuficiente para proteger el nivel de vida.
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