Arabia Saudí se ha ofrecido a pagar nuevos estadios de fútbol en Grecia y Egipto a cambio de que ambos países se alíen en la candidatura conjunta para albergar la Copa del Mundo de 2030.
Según el portal de noticias POLITICO, un alto funcionario anónimo familiarizado con el asunto le dijo que el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, en el verano de 2022, discutió en privado con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, la oferta de pagar los estadios de su país y de Egipto si apoyaban una candidatura conjunta para albergar los juegos dentro de siete años.
Riad está dispuesto a "sufragar íntegramente los costes" de organización de Atenas y Egipto, según reveló otro alto funcionario. Sin embargo, la condición para tal oferta, aparte del apoyo a la candidatura, es que Arabia Saudí acoja el 75% de los juegos, y que el resto pueda ser acogido por los dos coanfitriones.
La candidatura conjunta de los tres países amigos compite con la candidatura conjunta europea de España, Portugal y Ucrania, y con la candidatura conjunta sudamericana de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. El plazo para la presentación de candidaturas se abrió en junio del año pasado, y la decisión sobre el torneo será votada por los 200 miembros del congreso de la FIFA en 2024.
Si esta alianza liderada por Arabia Saudí gana la votación, planearía celebrar los partidos en los tres países y sus respectivos continentes, en un esfuerzo por proporcionar equilibrio geográfico. A pesar de que el reino del Golfo acoja la mayoría de los partidos, esa estrategia pretende dar la impresión de que no se centra únicamente en Oriente Próximo, ya que la celebración de los juegos por Qatar tuvo lugar el año pasado y fue objeto de un intenso debate.
Todavía no se ha confirmado si los dos países han aceptado la oferta de Arabia Saudí, y la situación de la propuesta de candidatura conjunta sigue sin estar clara, pero se calcula que un esfuerzo semejante por parte de Riad para construir los estadios costaría miles de millones de dólares.
El proyecto y la alianza no harían sino echar más leña al fuego de las críticas existentes sobre el supuesto uso por parte de Arabia Saudí del "lavado de imagen deportivo", que según críticos y activistas es el método que utiliza el Reino para comprar derechos, clubes y torneos deportivos internacionales con el fin de encubrir su deficiente historial en materia de derechos humanos.
También se espera que conduzca a condenas por el hecho de que el Estado del Golfo utilice su enorme riqueza para comprar de hecho la Copa del Mundo mediante la creación de una coalición transcontinental para aprovecharse del sistema de votación.
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