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Finalmente, la máscara cayó de la cara de Hassan Nasrallah

El peor aspecto del acuerdo de demarcación de fronteras entre Líbano e Israel es que reconocía el pleno derecho de la entidad sionista sobre el gas y la tierra de Palestina, y Hezbolá se convertía en garante de su seguridad
Hassan Nasrallah, el jefe del movimiento militante musulmán chiíta libanés Hezbolá, habla a través de una pantalla gigante en una mezquita en Beirut el 1 de noviembre de 2019 [AFP/Getty Images].

El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, se mostró orgulloso tras el acuerdo de demarcación marítima y de extracción de gas concluido entre Líbano y la entidad sionista, calificándolo de victoria histórica que se suma a sus anteriores victorias en 2000 y 2006.

Paradójicamente, la entidad sionista también considera el acuerdo como una victoria, por lo que Hassan Nasrallah comparte la alegría y la felicidad con el que dice ser su enemigo, al que amenazó, en un discurso pronunciado hace cuatro meses, el 9 de junio, diciendo "Anunciamos ante el pueblo libanés que la resistencia está capacitada militar y financieramente para impedir que el enemigo extraiga petróleo y gas del yacimiento de Karish, y que todas sus medidas no protegerán esta plataforma flotante. La resistencia tiene la capacidad física, militar, de seguridad, tecnológica, logística y humana para impedir que el enemigo extraiga petróleo y gas del yacimiento de Karish, sí tenemos esta capacidad".

El acuerdo, que ha sido firmado por el presidente del Líbano y el primer ministro de la entidad sionista, Yair Lapid, concede por completo a la entidad sionista el yacimiento de gas de Karish, del que la entidad ya ha extraído gas, mientras que el Líbano obtiene dos tercios del yacimiento de gas de Qana, y un tercio queda para la entidad sionista.

Lapid consideró el acuerdo un "logro político", ya que se trata de un reconocimiento del Estado de Israel por parte de un Estado enemigo mediante un acuerdo escrito ante la comunidad internacional. También lo consideró un logro económico ya que Israel se hizo con el yacimiento de Karish así como con el 17% de los beneficios generados por el yacimiento de Qana-Sidón, y que la entidad sionista se beneficia de este acuerdo a nivel de seguridad, económico y diplomático.

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Los medios de comunicación israelíes afirmaron que el acuerdo se firmó en la misma carpa pero sin un apretón de manos entre las dos partes y no se tomaron fotos.

El presidente Michel Aoun concluyó su presidencia en 2022 con un acuerdo con los sionistas. En virtud de este acuerdo, el Líbano se convirtió oficialmente en un protector de las fronteras de la entidad sionista y en un socio económico con ella, y esto no es nuevo para Aoun, cuando era comandante del ejército, fue uno de los primeros en recibir a las fuerzas israelíes cuando invadieron el Líbano en 1982.

Así, tanto la entidad sionista como Hezbolá consideran el acuerdo un logro político que puede ser explotado políticamente en su entorno o sociedad. Lapid se presenta a las nuevas elecciones legislativas contra Benjamin Netanyahu, que atacó este acuerdo y lo consideró una concesión de Israel a Hezbolá. "Este no es un acuerdo histórico con Líbano, más bien es una rendición histórica de Israel", dijo Netanyahu.

Hezbolá también necesita promover este acuerdo como una victoria política añadida a sus victorias militares para contrarrestar las acusaciones que se le hicieron como partido de resistencia y oposición contra el enemigo sionista, y no como fuerza política que apoya las negociaciones que llevan a pactar con su enemigo.

Pero lo que llama la atención es que el Líbano no se refirió al beneficio en materia de seguridad del histórico acuerdo, y parece que el Líbano descuidó deliberadamente este aspecto, mientras que los funcionarios del gobierno sionista se empeñaron en mostrar la interdependencia entre asegurar la estabilidad y garantizar la seguridad en el norte de la entidad sionista, además del interés económico en la explotación del yacimiento de Karish ya que genera enormes fondos al erario público, y contribuye a posibilitar la independencia energética. En declaraciones anteriores, Lapid consideró que el acuerdo "debilita la dependencia de Líbano respecto a Irán" y también debilita a Hezbolá, y esto proporcionará estabilidad ya que el acuerdo contribuirá a evitar la guerra.

Ciertamente, trabajar en los campos de gas y petróleo requiere estabilidad y no guerras entre las dos partes que firmaron el acuerdo, y creo que esta es la razón por la que Líbano evitó hablar de la dimensión de seguridad del acuerdo para satisfacer a Irán y a Hezbolá, que quieren seguir fingiendo que están en guerra sin disparar un solo tiro a la entidad sionista.

Sin embargo, el peor aspecto del acuerdo de demarcación de fronteras es que reconoce el pleno derecho de la entidad sionista sobre el gas y la tierra de Palestina, y Hezbolá se convierte en garante de la seguridad del Estado de ocupación.

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Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

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