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Las razones y los objetivos de las relaciones entre Hamás y Rusia

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov (derecha), estrecha la mano del líder exiliado de Hamás, Jaled Meshaal (izquierda), en Moscú el 8 de febrero de 2010 [NATALIA KOLESNIKOVA/AFP vía Getty Images].

En un momento en el que la diplomacia palestina está asistiendo a un estado de debilidad y recaída a nivel internacional, lo que ha afectado negativamente a la causa palestina debido a la debilidad de la política exterior palestina que se está siguiendo y al descuido del aspecto de las relaciones internacionales en general. Esto ha dado a Israel la oportunidad de jugar con este delicado nervio a la hora de establecer alianzas y normalizar las relaciones con los más cercanos al pueblo palestino. Ha conseguido normalizar las relaciones con muchos países árabes, africanos y asiáticos, que siempre se han puesto del lado de la causa palestina y han condenado el terrorismo de la ocupación israelí.

Mientras tanto, Hamás se esfuerza por mejorar su estatus diplomático e internacional y por invertir en cualquier oportunidad que beneficie a la causa palestina. En este contexto, una delegación del Movimiento está visitando Rusia, tras haber sido invitada recientemente por el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. Es probable que esta visita tenga lugar para mantener conversaciones con funcionarios rusos en relación con una serie de expedientes, en el marco de las gestiones rusas relacionadas con la evolución de la causa palestina, especialmente el gas de Jerusalén y Gaza que la ocupación israelí roba y comercializa en su propio beneficio. Está claro que el Movimiento basó sus esfuerzos en la posición del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, emitida recientemente, el 14 de abril, en la que calificaba de ilegal la ocupación israelí de los territorios palestinos.

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Cabe señalar que la infiltración sionista en los continentes del mundo ha causado un gran daño a las decisiones internacionales relativas a Palestina. El silencio internacional ante las políticas racistas de las autoridades de ocupación israelíes contra el pueblo palestino, que incluyen la matanza sistemática, las detenciones, los bombardeos, la destrucción y el asedio impuesto a la Franja de Gaza, la confiscación de tierras y propiedades y la construcción de asentamientos, no surgió de la nada. Ya no oímos ninguna condena por parte de nadie, como ocurría en el pasado, debido a la bancarrota de la diplomacia palestina y a su incapacidad para atraer a países amigos. Esto ha facilitado, directa o indirectamente, que las autoridades de ocupación israelíes se infiltren en los continentes del mundo y construyan amistades y alianzas que sirvan a sus intereses económicos, políticos y de seguridad. Algunos países incluso han cambiado su forma de tratar la causa palestina debido a la influencia de la ocupación en sus decisiones, en un momento en el que más necesitamos el apoyo y el respaldo de cualquiera. Esto se debe a la injusticia internacional contra la causa palestina y al doble rasero en comparación con la causa ucraniana y la forma en que el mundo trata a Rusia boicoteándola e imponiéndole sanciones económicas y políticas, mientras ofrece una generosa ayuda a Ucrania y hace todo lo posible para poner fin a la operación militar rusa contra Ucrania. Por otro lado, la comunidad internacional se queda de brazos cruzados y observa las acciones de la ocupación israelí mientras Estados Unidos le da apoyo militar, financiero y político. Rusia no es un país que esté en contra de la ocupación israelí, sino que se resiste a la dominación estadounidense, y éste es su interés común con los movimientos de resistencia, a pesar de sus diferencias con las posiciones de Hamás de no reconocer a Israel.

Todo esto impulsó a Hamás a prestar más atención al expediente de las relaciones internacionales para atraer a los países y organizaciones que se alinean con los derechos del pueblo palestino, y luego construir alianzas y movilizar las energías populares de los países amigos, con el objetivo de apretar la soga al cuello de la ocupación y boicotearla a nivel local, regional e internacional. Esto podría crear un estado de decadencia en las decisiones y políticas de los países que tienen, o están considerando, relaciones con la ocupación después de que se les transmita la imagen correcta y se desenmascare la verdadera cara de la ocupación y se expongan los crímenes que comete contra el pueblo palestino.

Hamás acertó al elegir el momento oportuno para reforzar las relaciones con los países amigos y los aliados aliados con el Movimiento y la causa palestina, así como al establecer alianzas estratégicas en el extranjero. También logró establecer una sólida base de alianzas internas con diversas facciones de la resistencia, nacionales e islámicas en la sala de mando conjunta. Todo ello a pesar de los intentos de Israel de dividirlos para debilitarlos, como ocurrió con el último ataque a la Franja de Gaza el mes pasado. La Resistencia demostró que es un frente unido, como demuestra el hecho de que la ocupación pidiera inmediatamente un alto el fuego a través de mediadores por miedo a la ampliación de su círculo.

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Quizá los objetivos más importantes de la creación de relaciones amistosas entre Hamás y Rusia sean, en primer lugar, que las relaciones del Movimiento con Rusia suponen el reconocimiento de su legitimidad por parte de una de las potencias internacionales. En segundo lugar, sirve como testimonio que refuta cualquier intento de demonizar al Movimiento y clasificarlo a través del Consejo de Seguridad de la ONU como un movimiento "terrorista", como a veces afirman los funcionarios estadounidenses, y como fue el caso del último proyecto de resolución para criminalizar al Movimiento, en cuyo bloqueo participó Rusia. En tercer lugar, el Movimiento quiere que Rusia bloquee cualquier proyecto de la ocupación para condenar al Movimiento y hacer frente al veto estadounidense. En cuarto lugar, el Movimiento confía en el papel de Rusia para poner fin al asedio a Gaza y aliviar el sufrimiento de sus residentes. El Movimiento también da importancia al papel ruso en el expediente de la reconciliación palestina.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

 

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