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Melilla: la arriesgada puerta a Europa para los migrantes

Migrantes africanos sentados en la parte superior de una valla fronteriza, mientras los agentes de la Guardia Civil española permanecen debajo, durante un intento de cruzar a los territorios españoles, entre Marruecos y el enclave norteafricano español de Melilla el 16 de octubre de 2014 [Reuters].

El enclave español de Melilla, una de las principales puertas de entrada de África a Europa, tiene que hacer frente cada año a una nueva e importante afluencia de migrantes.

A pesar de la alambrada y la valla, de varios metros de altura, que rodean completamente la ciudad, cientos de migrantes, principalmente del África subsahariana, consiguen entrar en territorio español cada año.

Sin embargo, estos intentos se traducen a veces en verdaderas tragedias humanas. En una de ellas, varias decenas murieron al intentar asaltar la frontera entre España y Marruecos en los alrededores de Melilla el pasado mes de junio.

Visitando el lugar, la Agencia Anadolu recogió detalles de primera mano sobre las medidas puestas en marcha en la frontera entre Melilla y la cercana ciudad marroquí de Nador, escuchando también los testimonios de los migrantes que intentan llegar a Europa contra viento y marea.

Cruzar a territorio español exige paciencia, sobre todo con el calor del verano norteafricano, ya que el proceso comienza con la policía marroquí revisando los pasaportes al pie de las altas puertas azules, así como otros trámites administrativos, antes de que la Guardia Civil española tome el relevo con controles similares unos metros más adelante.

Los policías marroquíes y españoles realizan los controles de forma amistosa, pero este paso, que muchos utilizan de camino a disfrutar de un día de playa, o para hacer compras durante las vacaciones, sigue siendo una de las dos únicas fronteras terrestres entre África y la UE.

La otra es el enclave de Ceuta, también parte de España, situado a unos 225 kilómetros al oeste, en la desembocadura del estrecho de Gibraltar.

La imponente valla de alambre de espino que rodea tanto a Melilla como a Ceuta da fe de la firmeza y determinación de las autoridades españolas y marroquíes para impedir la inmigración ilegal.

Esperando mi turno

En la ciudad marroquí de Farkhana, limítrofe con Melilla, un joven llamado Yusuf aún expresaba su esperanza de que llegara su oportunidad de cruzar clandestinamente el perímetro atrincherado.

Este guineano de 22 años, que llegó a Marruecos en 2021, vive en la calle junto a otros que no han podido, por el momento, llegar a Melilla.

"Estoy esperando mi turno", explica el joven, sin descartar la posibilidad de "quedarse varado en Marruecos".

Reconociendo la dificultad de cruzar la frontera, dijo que los riesgos son "altos para los que lo intentan", pero que él sigue decidido.

Varios otros ciudadanos africanos que conoció a lo largo de su exigente viaje consiguieron llegar a tierra española, con el objetivo final de ser acogidos en un centro de detención de inmigrantes y luego trasladados a Madrid, dijo.

Pero el paso fronterizo sigue siendo escenario de recurrentes dramas humanos, ya que muchos migrantes mueren cada año al caer de la valla o ser aplastados en su huida.

LEER: Marruecos condena a prisión a 33 migrantes irregulares por el intento de cruzar a Melilla

Peligro en la frontera

El 24 de junio, varios miles de migrantes con cuchillos se dirigieron a Melilla, en un intento de cruzar la valla a toda costa.

Varias imágenes revisadas por la Agencia Anadolu muestran una procesión decidida de cientos de personas que se dirigen a la frontera a pie, por las calles de Beni Ansar, otra ciudad en las inmediaciones de Melilla.

"Se precipitaron hacia las vallas y la mayoría de los que perdieron la vida murieron tras caer de la valla y fueron aplastados por las puertas", dijo una fuente policial marroquí bajo condición de anonimato.

La misma fuente afirmó que la policía marroquí "no utilizó, en ningún momento, armas de fuego que pudieran haber causado la muerte de alguien", pero reconoce, sin embargo, el "uso de gases lacrimógenos con la única intención de evitar la agresión".

Pero la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) ha calificado la situación de alarmante.

Mientras que la cifra oficial de muertos es de 37, la Asociación ha señalado que 64 inmigrantes, principalmente sudaneses o chadianos, siguen desaparecidos desde el 24 de junio tras intentar cruzar.

La Asociación también denunció la falta de esfuerzos de las autoridades para encontrar a los desaparecidos.

A pesar de las diferentes opiniones sobre los problemas de los migrantes, la condena ha sido uniforme contra las múltiples muertes, causadas por los intentos desesperados de llegar a territorio europeo.

El 17 de agosto, el Tribunal de Apelación de la provincia de Nador condenó a dos años y medio de prisión a 13 migrantes detenidos el pasado mes de junio y les impuso una multa de 10.000 dirhams (unos 950 dólares), después de que intentaran saltar la valla.

En Melilla

Una vez en territorio español, estos migrantes esperan estar protegidos por la legislación europea que prohíbe a las autoridades devolverlos a países en guerra.

Para los que llegan a Melilla, es en el Centro de Acogida Temporal de Inmigrantes (CETI) donde se determina su destino.

Situado frente al puesto fronterizo, a pocos metros de la valla que marca el perímetro del enclave español, el CETI acoge actualmente a cerca de 130 candidatos a la inmigración.

En el lugar, la Agencia Anadolu habló con tres subsaharianos que no quisieron revelar detalles sobre su identidad por temor a represalias.

Afirmaron ser "tratados adecuadamente" en el CETI y que estaban "contentos de haber conseguido llegar a este paso".

En un inglés tosco, uno de ellos incluso describió su situación como un "paraíso", en comparación con sus anteriores calvarios.

En una entrevista con la Agencia Anadolu, Ikram, miembro del personal de un organismo que trabaja con el CETI, insistió en que el centro no era un "centro de detención" y que las personas alojadas allí eran "libres de entrar y salir".

La joven explicó que se les permitirá viajar fuera de Melilla un mes después de su entrevista de asilo.

Este trámite debe permitirles incluirse en la "lista de traslados" a otras ciudades de España, antes de dirigirse finalmente a otros países europeos.

Las cifras oficiales del primer trimestre de 2022 indican que 14.746 intentos de entrar ilegalmente en territorio español han fracasado.

En 2021, las autoridades marroquíes impidieron 49 operaciones coordinadas, calificadas como asaltos, entre ellas 47 en dirección a Melilla.

LEER: El Consejo Europeo insta a España a garantizar una política de control de fronteras con Marruecos

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

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