Arabia Saudí ejecutó a 120 personas en los primeros seis meses de 2022, casi el doble de los ejecutados en todo el año pasado, a pesar de las promesas de Riad de reducir el uso de la pena de muerte, según la Organización Europea Saudí de Derechos Humanos (ESOHR).
Tras un importante descenso en 2020, en 2021 se ejecutaron 65 personas, y sólo en los seis primeros meses de este año, el número casi se duplicó hasta junio, con cifras que superan las de 2020 y 2021 juntas.
El ESOHR declaró: "Si Arabia Saudí sigue ejecutando personas al mismo ritmo durante el segundo semestre de 2022, alcanzará un número de ejecuciones sin precedentes, superando el récord de 186 ejecuciones de 2019."
Señaló que el descenso de las ejecuciones en 2020 se debió en parte a los cierres debidos a la pandemia de coronavirus, antes de que el ritmo aumentara con la relajación de las precauciones contra la epidemia en 2021.
La organización hizo un seguimiento de varios casos en los que los detenidos se enfrentan a la pena de muerte, ya que 30 detenidos están condenados a la pena de muerte, incluidos los que se enfrentan a cargos relacionados con la expresión de la opinión y la manifestación, cinco de los cuales son menores de edad.
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El ESOHR señaló que esta lista no incluye a los acusados de causas penales debido a la falta de transparencia y a la dificultad para acceder a los casos. No pudo acceder a todos los casos en los que las personas se enfrentan a cargos relacionados con actividades pacíficas.
La organización también documentó violaciones de un juicio justo, el uso de la tortura y el hecho de que se obligue a los presos a firmar confesiones. Los detenidos tampoco pueden contratar abogados hasta que comienzan sus juicios, lo que limita la capacidad de su defensa para realizar el trabajo necesario.
El gobierno saudí prohíbe a los organismos independientes de derechos humanos operar en el reino, y prohíbe la creación de organizaciones y asociaciones de la sociedad civil.
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