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Mes del Orgullo de la Discapacidad: inclusión y acceso para todos

Bandera del Orgullo de la Discapacidad

Las personas con discapacidad son la minoría más numerosa y diversa de la población, y representan todas las capacidades, edades, razas, etnias, religiones y entornos socioeconómicos. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que mil millones de personas -aproximadamente el 15% de la población mundial- viven con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, también son las menos representadas en el espacio público. Este mes es el momento de reconocer su presencia y encontrar formas de prevenir la discriminación por discapacidad ("ableism"), así como de proporcionar esferas públicas y sociales más inclusivas.

La ONU ha elaborado la "Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible", que garantiza "no dejar a nadie atrás". Este plan de acción de la comunidad internacional establece como principio fundamental la dignidad de la persona y la igualdad. En el marco de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, esto es esencial para confirmar la aportación igualitaria de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad y establecer entornos de apoyo para ellas.

¿Qué es el Mes del Orgullo de la Discapacidad?

El 26 de julio de 1990, el Presidente George H.W. Bush firmó la Ley de Estadounidenses con Discapacidad, una ley histórica que prohíbe la discriminación de las personas con discapacidad. Ese mismo año, Boston celebró el primer Día del Orgullo de la Discapacidad.

Aunque el día no está reconocido a nivel nacional en Estados Unidos, se celebran desfiles en algunos lugares, como Los Ángeles, Nueva York, San Francisco y San Antonio. También se apoya en Gran Bretaña y Sudáfrica.

Según la comunidad de discapacitados de Estados Unidos, el "Orgullo de la Discapacidad" se ha definido como la aceptación y el honor de la singularidad de cada persona y su consideración como parte natural y hermosa de la diversidad humana. El Orgullo de la Discapacidad es una parte integral de la construcción del movimiento y un desafío directo al capacitismo sistémico y a las descripciones difamatorias de la discapacidad. Esta celebración anual promueve la visibilidad y la comprensión convencional del orgullo positivo que sienten las personas con discapacidad. A través de fechas específicas, celebraciones y desfiles, el mensaje mutuo es inspirar y desafiar los prejuicios, la discriminación y las imágenes sesgadas en torno a las personas con discapacidad. Además, la palabra "orgullo" se utiliza para celebrar su legado y la cultura de la discapacidad, al tiempo que se reconocen las contribuciones que pueden ofrecer a la sociedad con sus experiencias únicas.

¿Qué se puede hacer?

Es importante subrayar que la concienciación por sí sola no es suficiente; también debemos, con carácter de urgencia, evaluar las principales barreras que conducen a la exclusión de las personas con discapacidad. Debemos hacer frente a las leyes y políticas discriminatorias que limitan el acceso al seguro médico de las personas discapacitadas o les impiden encontrar un empleo. Debemos eliminar las barreras que restringen su accesibilidad en entornos físicos y virtuales. Debe haber normas para contrarrestar las actitudes negativas, el estigma y la discriminación, que también pueden eliminarse mediante la educación y proporcionando una plataforma a los individuos discapacitados para que se representen a sí mismos en las escuelas, por ejemplo, o en los centros de formación, en los anuncios públicos y en el cine. La falta de acceso a la tecnología de asistencia y a la rehabilitación, así como la falta de medidas para promover la vida independiente de las personas con discapacidad, son también áreas que deben ser abordadas. Para superar estas barreras es necesario que los países desarrollen su capacidad de igualdad de acceso. La legislación nacional debe proteger a las personas discapacitadas mediante leyes constitucionales, antidiscriminatorias o de otro tipo sobre discapacidad.

Covid-19: las dos caras de una moneda

Las personas con discapacidad suelen tener más necesidades de atención sanitaria. De ahí que sean más vulnerables al efecto de los servicios de baja calidad o alejados. En comparación con las personas sin discapacidad, las personas con discapacidad tienen más probabilidades de tener mala salud. Aunque una discapacidad puede no poner a alguien en mayor riesgo de contraer el coronavirus, muchas personas con discapacidad tienen condiciones subyacentes específicas que hacen que la enfermedad sea más peligrosa. Es posible que necesiten un apoyo individual adicional que no puede proporcionarse durante un encierro, como visitas regulares al hospital, o el acceso a un tratamiento de emergencia que también puede estar limitado en ese momento.

Además, según la ONU, las mujeres y las niñas con discapacidad se enfrentan a otras barreras sistémicas para la igualdad y la inclusión, con una visibilidad limitada en las leyes, políticas y prácticas sobre discapacidad e igualdad de género. Según los datos, las mujeres con discapacidad tienen tres veces más probabilidades de tener necesidades insuficientes de atención sanitaria, dos veces menos probabilidades de estar empleadas y dos veces menos probabilidades de utilizar Internet. Además, las mujeres con discapacidad están más amenazadas por la violencia sexual en comparación con las que no tienen discapacidad. Además, la crisis de Covid-19 no sólo ha puesto de manifiesto la profundidad de estas desigualdades subyacentes, sino que también ha empeorado la situación de las mujeres y niñas con discapacidad. La pandemia ha limitado aún más su acceso a servicios como la asistencia sanitaria, las oportunidades de trabajo y la educación, que ya eran un obstáculo para ellas en primer lugar.

Sin embargo, la pandemia también ha desarrollado un área que la mayoría nunca consideró. El avance de las herramientas tecnológicas que nos permitieron comunicarnos, interactuar y operar desde la seguridad y la comodidad de nuestros hogares durante la pandemia también puede convertirse en una oportunidad para que las personas discapacitadas continúen su educación o sus trabajos y accedan a los servicios mientras están en la seguridad y la comodidad de su hogar.

La pandemia debería habernos mostrado la punta del iceberg de lo que las personas con barreras físicas o mentales han afrontado y seguirán afrontando en el futuro, incluso cuando las cosas vuelvan a la normalidad, o incluso a la "nueva normalidad". Sin embargo, la pandemia debería habernos hecho ver que, gracias a los avances tecnológicos, es posible crear un entorno seguro y accesible para la mayoría de las personas que actualmente tienen un acceso limitado. El Mes del Orgullo de la Discapacidad es una oportunidad para que la mayor comunidad minoritaria del mundo, y sin embargo la menos representada, hable de estos temas, cree conciencia y proporcione una plataforma más inclusiva para las personas con discapacidad en todos los servicios públicos, el trabajo, la educación y otros entornos públicos.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

 

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