Dado que en la mayoría de los países se humilla a los ciudadanos año tras año, la ONU decidió en 2007 celebrar anualmente el 20 de febrero como Día Mundial de la Justicia Social, bajo el lema "justicia social y vida digna para todos". Fue un lema propuesto por la Unión de Trabajadores Rusos.
La ONU define la "justicia social" como la igualdad de derechos de todos los pueblos y la oportunidad de que todos los seres humanos, sin discriminación, se beneficien del progreso económico y social en todas las partes del mundo. La organización subraya un acuerdo con 100 jefes de Estado según el cual el desarrollo social y la justicia social son cruciales para la paz y la seguridad dentro de los Estados y entre ellos. Sin embargo, esto no sucederá sin que los gobiernos desarrollen planes para eliminar la pobreza, el desempleo y la discriminación por razones de género, edad, raza, religión, cultura o discapacidad. La Organización Internacional del Trabajo adoptó la Declaración sobre la Justicia Social para una Globalización Equitativa con el fin de combinar la responsabilidad de los gobiernos locales y mundiales -la globalización, al fin y al cabo, afecta a todos los países- para hacer frente a la creciente brecha económica entre los países desarrollados y los países en desarrollo.
Como todas las cartas y declaraciones de la ONU, los gobiernos, incluidos los del mundo árabe, se apresuraron a celebrar la decisión de celebrar el Día Mundial de la Justicia Social, que es ciertamente noble en su intención, para luego utilizarla como fachada de la realidad de que no hay voluntad política de hacer cambios. Las élites gobernantes son incapaces de cambiar, debido a la extensión de la corrupción, y a la capacidad del monopolio del capital internacional para bloquear las medidas para eliminar la desigualdad económica.
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Los conceptos de justicia e igualdad están relacionados principalmente con las condiciones económicas y la desigualdad. La distribución equitativa de la riqueza y la consiguiente igualdad de oportunidades suelen ser la base sobre la que se construye la igualdad política, el disfrute de los derechos humanos y la promoción del desarrollo y la dignidad humana.
El concepto de justicia social, en su sentido jurídico, presupone que los individuos son tratados como ciudadanos; en su sentido consuetudinario, está arraigado en la sociedad y va más allá de la ley. Este tipo de definiciones combinan la libertad individual y la igualdad de oportunidades, además de la explotación económica por parte de los países capitalistas del trabajo en los países en desarrollo. Dado que la definición de la ONU no cubre todos los aspectos en cuanto a las causas y los medios para contrarrestarlas, especialmente en lo que respecta a la desigualdad, la respuesta a la pregunta "¿Por qué se considera importante la desigualdad?" puede arrojar luz sobre los aspectos y las consecuencias que no se abordan. El filósofo estadounidense T.M. Scanlon, especializado en teorías de la justicia, la igualdad y la teoría moral, analiza esta cuestión en su libro sobre la desigualdad. Scanlon identificó seis razones para objetar y tratar de eliminar o reducir las diferentes formas de desigualdad.
Se pueden resumir de la siguiente manera: Porque la desigualdad puede marcar diferencias humillantes en el estatus social y en los sistemas de clases, da a los ricos un poder inaceptable sobre los menos afortunados; perjudica la igualdad de oportunidades económicas; socava la integridad de las instituciones políticas, y resulta de la vulneración de una demanda de igualdad en la preocupación por los intereses de aquellos a los que el gobierno está obligado a proporcionar algún beneficio. También surge de instituciones económicas injustas. Si la desigualdad se basa en la clase, la raza o el género, entonces las leyes o costumbres establecidas y las actitudes sociales tienen sus efectos, lo que lleva a considerar la igualdad moral de la sociedad.
Quizás el mejor ejemplo de desigualdad moral dentro del sistema de justicia social que la Declaración de la ONU no aborda es la discriminación racial impuesta desde el exterior, que es la faceta más obvia de la política y la ocupación coloniales cuando se considera a los pueblos indígenas como inferiores a los colonizadores y se les niegan los derechos básicos. Incluso se les empuja a ejercer profesiones que se consideran poco atractivas y no adecuadas para los colonizadores, como ocurrió en Sudáfrica en el pasado, y se ve en la Palestina ocupada de hoy.
En cuanto a la obstaculización de la justicia en la sociedad, la corrupción ocupa un lugar destacado. Es posible considerar a Irak como un modelo en el que los derechos humanos básicos como la educación, la salud, la vivienda y el trabajo han disminuido. Eso sin contar con la garantía de la seguridad social para todos los miembros de la sociedad y la garantía de unas condiciones de trabajo saludables y seguras, como paso necesario para erradicar la pobreza, frente a la codicia de los corruptos económicos y políticos. Esto se suma a la explotación y avaricia del sistema monopolista internacional y al fomento de la discordia. Esta situación es totalmente incompatible con el concepto de justicia social como principio básico de la coexistencia pacífica y la independencia económica, social y política dentro y entre las naciones.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales prevé la posibilidad de alcanzar la justicia social a través de la redistribución de la riqueza y su aplicación por parte de los organismos públicos del Estado, lo que plantea la cuestión de los mecanismos que deben aplicarse para conseguirlo realmente. A primera vista, el concepto de responsabilidad social - exigir a los funcionarios públicos que rindan cuentas de sus actos, especialmente relacionados con la gestión de los recursos públicos, y exigirles responsabilidades cuando se sospeche que hay corrupción - debe ser llevado a cabo por las organizaciones de la sociedad civil y por la sociedad civil, así como por la participación de los ciudadanos de acuerdo con los mecanismos de control.
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¿La celebración de un día único para la justicia social conducirá a su realización universal, dado que se trata de una reivindicación de larga data, mencionada por primera vez en diciembre de 1784 por el rey francés Luis XVI cuando dijo que había derechos sagrados de la humanidad, entre los que se encuentra la justicia social? La respuesta sencilla es no.
La continuidad en la demanda de justicia social a través de los tiempos, y con todos los cambios políticos y económicos que se han visto, significa que es un requisito básico para preservar la dignidad humana y establecer la ciudadanía y la igualdad real. Mucha gente en todo el mundo sigue trabajando por ello, lo que significa que puede ser difícil de conseguir, pero no es imposible.
Este artículo apareció por primera vez en árabe en Al-Quds Al-Arabi el 14 de febrero de 2022
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