Miles de iraquíes se reunieron ayer en la Plaza Tahrir de Bagdad para conmemorar el primer aniversario de las protestas antigubernamentales que han pedido el fin de la corrupción.
Los manifestantes renovaron sus demandas para implementar reformas, mejorar los servicios, enfrentar el desempleo y luchar contra la corrupción desenfrenada en Irak, así como para responsabilizar a cualquiera que esté involucrado en la represión de manifestantes.
Las protestas también vienen a presionar al gobierno del primer ministro Mustafa Al-Kadhimi para que cumpla sus promesas de enjuiciar a todos los que han matado a los manifestantes, llevar a cabo reformas, enjuiciar a los implicados en la corrupción y prepararse para unas elecciones anticipadas y justas el año próximo.
"Este es un día importante. Estamos aquí para continuar las protestas durante las cuales unos 600 manifestantes fueron asesinados y 30.000 resultaron heridos", dijo el manifestante Muhammad Ali en declaraciones a la AFP, explicando que los manifestantes tienen las mismas exigencias que el año pasado.
Las fuerzas de seguridad iraquíes impusieron medidas de seguridad estrictas, incluido el despliegue de fuerzas en el centro de Bagdad, que impidieron que los automóviles y vehículos se acercaran a la Plaza Tahrir y a los puentes que conducen a la Zona Verde.
El 1 de octubre de 2019, miles de iraquíes salieron a las calles para protestar contra el alto desempleo, los servicios deficientes y la corrupción desenfrenada.
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