Un niño palestino recibió un disparo en la cara por un policía israelí y perdió su ojo izquierdo.
La semana pasada, Malik Issa, de ocho años, se dirigía a su casa junto con sus tres hermanas después de salir de la escuela en el vecindario de Issawiya, en la Jerusalén Oriental ocupada, cuando un oficial de ocupación israelí le disparó en la cara con una bala de acero recubierta de goma.
Su padre le dijo a la Agencia de Noticias Safa que después de ser trasladado al hospital, los médicos se dieron cuenta de que sufría una hemorragia en el cerebro, fracturas sostenidas en el cráneo y daños importantes en el ojo izquierdo.
A pesar del intento frustrado de los médicos de salvar su ojo, tuvieron que operarlo para evitar que los daños afectaran también a su ojo derecho, explicó.
Leer: Palestinian children are being targeted by a shadowy campaign group