Hamás describió ayer la demolición israelí de más de 100 apartamentos palestinos en la Jerusalén ocupada como una "limpieza étnica".
En un comunicado de prensa, el portavoz de Hamás, Hazim Qasim, dijo: "El aumento de los crímenes israelíes contra los palestinos en la ciudad santa es el resultado del apoyo interminable de Estados Unidos al comportamiento racista de la ocupación israelí".
Añadió: "El apoyo estadounidense a la ocupación israelí la alentó a cometer más delitos contra los palestinos, principalmente después del seminario económico de Bahréin, cuyas consecuencias habíamos advertido".
Qasim continuó: "Todos los delitos y políticas racistas israelíes nunca detendrán la resistencia de los palestinos contra la empresa colonial sionista que ha estado atacando al pueblo palestino y sus tierras".
El portavoz de Hamás destacó que la resistencia "integral" es la "única manera" de poner fin a la ocupación israelí.
La demolición israelí de los hogares palestinos en el barrio de Sur Baher en Jerusalén fue ampliamente condenada por las potencias regionales e internacionales, además de los grupos de derechos humanos.
En un comunicado difundido ayer, la ONU dijo: "Hoy seguimos con tristeza la destrucción de las viviendas por parte de las autoridades israelíes en la comunidad palestina de Sur Bahir".
"Entre los desplazados por la fuerza o afectados de otra manera se encuentran los refugiados palestinos, algunos de los cuales hoy se enfrentan a la realidad de un segundo desplazamiento en la memoria viva".
Añadió: "La política de Israel de destruir propiedades palestinas no es compatible con sus obligaciones según el derecho internacional humanitario".
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