Las autoridades de ocupación israelíes permitieron a los colonos celebrar la Pascua judía en el área del antiguo puesto fronterizo de Amona, en el norte de Cisjordania, a pesar de que la ubicación es una zona militar cerrada.
Según Haaretz, el área "se convirtió en un lugar de recreación para los colonos judíos durante las vacaciones de Pascua", a pesar de que los palestinos que poseen la tierra en la colina "todavía no tienen acceso".
El puesto fronterizo fue evacuado en 2017 por orden del Tribunal Supremo de Israel, que dictaminó que se había establecido en tierras palestinas de propiedad privada.
Según lo informado por Haaretz, poco antes de la expulsión de los colonos de Amona, "el ejército emitió la orden de acceso de civiles al lugar", una orden "que ahora se aplica estrictamente para impedir que los terratenientes palestinos de las aldeas cercanas de Ein Yabrud y Silwad puedan cultivar su tierra en la zona".
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Sin embargo, la orden no se ha cumplido "cuando se trata de judíos, que pueden acceder al lugar con bastante facilidad por una carretera desde el poblado cercano de Ofra".
"Está claro que después de años durante los cuales el estado se acostumbró a comportarse en cooperación con los colonos en el robo de tierras en Cisjordania, es difícil retirarse", dijo a Haaretz Dror Etkes, el vigilante del asentamiento Kerem Navot.
Aún está pendiente una petición de los palestinos al Tribunal Supremo que exige el acceso a sus tierras en el lugar.
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