El intento de la Comisión Europea de incluir a Arabia Saudí en su lista negra de lavado de dinero ha sido un duro golpe para los estados miembros de la UE. La oposición prácticamente unánime contra la inclusión de Arabia Saudí, junto con cuatro territorios de Estados Unidos, significa que la Comisión tendrá que volver a empezar de cero y trabajar con los gobiernos europeos para idear una nueva metodología; supuestamente una que no coloque al Reino rico en petróleo bajo restricciones especiales.
Veintisiete de los 28 países, dirigidos por el Reino Unido, Francia, Alemania y los Países Bajos, bloquearon la publicación de la lista, que ha sido la fuente de tensión e intensa presión política. Sólo Bélgica no se opuso activamente. Riad lanzó su artillería pesada durante la cumbre de líderes de la Unión Europea y la Liga Árabe, a principios de esta semana en Sharm Al-Sheikh.
Se informó que en esa reunión, la primera ministra británica Theresa May discutió el tema con el rey saudí, y que Gran Bretaña y Francia lideraban el grupo de países de la UE que se oponen a la inclusión del reino en la lista. La preocupación por ser incluido en la lista negra provocó que Riad amenazara con cortar los contratos con los estados de la UE si se aprobaba la lista.
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Según una nota de la reunión vista por Financial Times, los ministros saudíes advirtieron que la lista negra tendría "graves consecuencias negativas" para los flujos comerciales y financieros del reino con Europa.
La lista negra fue adoptada por primera vez por la comisionada de justicia de la UE, Vera Jourova, el 13 de febrero, de acuerdo con las nuevas normas de la UE para prevenir el blanqueo de dinero y como parte de un proceso acordado con los estados de la UE desde el verano pasado. Veintitrés jurisdicciones están en la lista provisional, incluidos Nigeria, Panamá, Libia, las Bahamas y los cuatro territorios de los Estados Unidos.
Bruselas argumentó que la lista utilizaba criterios estrictos para proteger al sistema bancario europeo de flujos de efectivo ilícitos, después de una serie de escándalos de blanqueo de dinero de alto perfil. Pero los saudíes y los Estados Unidos se opusieron enérgicamente y rechazaron la maniobra como "puramente política".
La fuerza de la oposición significa que la Comisión Europea tendrá que reconsiderar su proyecto de lista de 23 territorios no pertenecientes a la UE, que se considera que no están combatiendo el lavado de dinero.