Por lo menos tres civiles han perdido la vida y docenas resultaron ayer heridos a consecuencia de una cadena de ataques con atentados explosivos en localidades sirias controladas por milicias islamistas respaldadas por Turquía.
Un artefacto escondido en una moto causó tres víctimas al explotar cerca de un parque en el centro de la ciudad de Al-Bab, al norte de Alepo. Según fuentes de la policía local, otra bomba había sido detonada de forma controlada en la localidad de Al-Rai, al norte de Al-Bab. Un sospechoso habría sido detenido.
En un incidente similar, tres personas resultaron heridas en las ciudades de Qabasin y Al-Ghandura, en dos explosiones causadas a su vez por sendos artefactos explosivos.
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El miércoles, dos bombas estallaron en la ciudad de Afrin, la capital del cantón kurdo homónimo que desde hace un año permanece ocupado por milicias islamistas respaldadas por Turquía.
Los atentados no han sido reivindicados por ninguna organización, pero las fuerzas ocupantes acusaron a las YPG –las Unidades de Protección Popular kurdas- de estar detrás de los ataques.
En el pasado, las YPG han desmentido acusaciones similares de ataques contra civiles, señalando que solamente atentan contra fuerzas del ejército turco y contra las milicias aliadas.
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