El gobierno iraquí ha decidido controlar las fronteras de su país con Turquía para evitar infiltraciones.
Esta decisión se ha tomado en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional en la que se han estudiado las formas de garantizar la seguridad y la estabilidad, de controlar las fronteras iraquíes, así como de documentar y denunciar toda posible violación de su espacio aéreo o terrestre. Además se ha analizado la organización y tareas encomendadas a la policía federal, y la posibilidad de armar a este cuerpo para reforzar su papel, complementario al de las fuerzas del ejército iraquí.
En la reunión, celebrada bajo la presidencia del primer ministro iraquí Haider al-Abadi, se ha llamado también a desplegar la guardia fronteriza para proteger la frontera entre Irak y Turquía, prevenir cualquier posible infiltración y garantizar la circulación de personas, bienes y suministros.
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