Antes de la Nakba, Haifa era la capital cultural de Palestina. Siete décadas después, un grupo de palestinos está tratando de resucitar ese título a través de un festival de cine anual que celebra la profunda identidad árabe de la ciudad.
El festival es un intento de conectar con el mundo árabe, explica el director Rojeh Khleif, ya que los palestinos que viven en Israel se sienten separados no sólo de los palestinos de Cisjordania sino también de los países que les rodean.
“Hay gente que no sabe de nosotros, que existimos, que hay palestinos aquí luchando cada día por nuestros derechos, luchando por nuestros hermanos y hermanas del otro lado, yendo a manifestaciones y esforzándonos por mantener nuestras identidades, porque Israel siempre está tratando de hacernos desaparecer,” lamenta Khleif.
El festival mantiene su independencia del gobierno israelí proyectando sus películas en teatros palestinos o en otras instalaciones, a través de proyectores y pantallas. Ofrece un espacio para que directores de toda la región se conozcan en los talleres y clases magistrales y muestren su trabajo.
“Hacían películas en Palestina, para palestinos, pero tenían que proyectarlas en Europa o en otros países,” señala Khleif. “Pero ahora finalmente tenemos un festival de cine para la gente”.
“Hemos construido un puente de confianza con los países árabes,” remata.
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