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Tarjeta roja y gol en propia meta de Israel

La decisión de Netanyahu de trasladar el partido de Haifa al estadio de Teddy Kollek, construido en la antigua localización de un pueblo palestino que fue sometido a una limpieza étnica, Al-Malha, fue contraproducente.

Rotem Kamer, vicepresidente de la Asociación Israelí de Fútbol (IFA), ha acusado a los palestinos de ejercer “terrorismo futbolístico” después de que Argentina decidiera cancelar un partido amistoso en Jerusalén. La decisión de Argentina se tomó debido a manifestaciones globales en defensa de las víctimas y los miles de heridos palestinos que han formado parte de las protestas del Gran Retorno en la Franja de Gaza.

“Lo consideramos cruzar una línea roja, y no podemos aceptarlo”, declaró Kamer, sin una gota de ironía. Él y otras personalidades importantes del régimen sionista están indignadas por la cancelación, sobre todo después de que las entradas para el partido del sábado contra Israel se agotaran en menos de 20 minutos. Criticando a los manifestantes pro-Palestina, el director de la IFA, Ofer Eini, afirmó: “Su objetivo era dañar a nuestro país mediante el fútbol”. En realidad, el objetivo de esta acción civil es acabar con el apartheid y la opresión colonial que sufre el pueblo de Palestina a manos de Israel.

Leer: Argentina cancela el partido amistoso contra Israel

El presidente israelí, Reuven Rivlin, describió las noticias como “una mañana triste para los aficionados”, y se pronunció sobre su preocupación respecto a la “politización” de la decisión de Argentina. Mientras tanto, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, intentó en vano salvar el partido con una llamada telefónica al presidente argentino, Mauricio Macri. Sus intentos fueron infructuosos. Avigdor Lieberman, ministro de Defensa de extrema derecha, acusó a Argentina de plegarse a “partidarios del terrorismo antisemita”.

El gobierno de Netanyahu está furioso después de que le hayan denegado la oportunidad de mostrar a Jerusalén como su “capital unificada”. Sin duda, la decisión de Netanyahu de trasladar el partido de Haifa al estadio de Teddy Kollek, construido en la antigua localización de un pueblo palestino que fue sometido a una limpieza étnica, Al-Malha, fue contraproducente. Muchos creen que fue este cambio de estadio lo que llevó a Argentina a dar un paso atrás y cancelar el partido. La ministra de Cultura y Deporte, Miri Regev, arremetió contra los críticos al afirmar ridículamente que “este es el mismo terrorismo que causó la masacre de Múnich.”

Sin embargo, Hugo Moyano, segundo vicepresidente de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), consideró la cancelación como algo positivo: “Era lo correcto, no merecía la pena”, dijo en la Radio 10 argentina. “Ningún ser humano puede aceptar lo que está sucediendo en estos lugares, donde tanta gente está siendo asesinada.” La decisión también fue bien recibida por el delantero argentino Gonzalo Higuaín, uno de los futbolistas más reconocidos del país, que habló sobre ello en una entrevista el martes con el canal de televisión ESPN.

Netanyahu, Rivlin, Eini, Kamer y Regev deben estar dándose cuenta ahora de que las políticas asesinas del Estadio sionista les han metido un gol en propia puerta. Además, su indignación moral y la descripción absurda de la cancelación como “terrorismo” (una vez más, Israel es el pastor mentiroso) pasan por alto el hecho de que Israel ha cruzado muchas líneas rojas y ha generado verdadero terrorismo a muchos niveles respecto al fútbol, ya sea a nivel profesional, amateur o simplemente un partido entre amigos en la playa. Sus acciones asesinas merecen mucho más que una insignificante tarjeta roja.

Aquí listamos tan sólo unos pocos acontecimientos para refrescarles a los israelíes la memoria sobre qué es realmente el terrorismo en el fútbol:

13 de enero de 2009: Tres jugadores del equipo nacional palestinos fueron asesinados en ataques separados durante la ofensiva militar de Israel contra los ciudadanos de Gaza, bautizada como Operación Plomo Fundido. Asesinados con una diferencia de menos de 72 horas, Ayman Alkurd, que también jugaba en el club Falasteen Al-Ryadi, fue la primera víctima. Al igual que las de sus compañeros de equipo, su casa fue derribada en un ataque aéreo. Los futbolistas Wajeh Moshtahe y Shadi Sbkahe fueron asesinados en ataques israelíes posteriores.

30 de enero de 2013: Dzhabrail Aslanbekovich Kadiyev y Zaur Umarovixh Sadayev fueron fichados por el famoso equipo israelí Beitar Jerusalén. Los furiosos aficionados racistas, que a menudo entonaban cánticos de “Muerte a los árabes”, incendiaron las oficinas del club como protesta por el fichaje de musulmanes. Los aficionados del equipo presumen orgullosamente de que no tienen jugadores árabes. Recientemente cambiaron su nombre a “Beitar Trump Jerusalén”, en reconocimiento por la controvertida decisión del presidente de los EE.UU. de desplazar la embajada estadounidense a la ciudad y reconocerla como la capital de Israel.

31 de enero de 2014: Adam Jamous y Jawahar Halbiyeh viven en Abu Dis, en la Jerusalén ocupada. Se dirigían a su casa después de un entrenamiento cuando, sin advertencia alguna, les dispararon en las piernas. Jawahar recibió siete disparos en su pierna izquierda, tres en la derecha, y uno en la mano, mientras que Adam recibió tres disparos: dos en su muslo izquierdo y otro en el derecho. Los doctores confirmaron que ninguno de ellos podrá volver a jugar al fútbol.

9 de julio de 2014: Varios aficionados al fútbol se reunieron en un café junto a la playa en la zona de Al-‘Izbeh, en Khan Younis, para ver la clasificatoria para el Mundial de la FIFA entre Argentina y Holanda. Dos días antes, Israel había iniciado otra guerra más con Gaza, bombardeando 750 objetivos, pero esta zona no estaba clasificada como zona militar, y los jóvenes palestinos se sentaron a ver el partido creyendo que estaban a salvo. Media hora después, a las 23:30, el café fue bombardeado. Las víctimas fueron: Ahmed Astal, de 18 años; Suleiman Astal, 16 años; Musa, 16 años, primo de los Astal; Mohammed Ganan, 24 años; Ibrahim Ganan, 25 años; Hamdi Sawalli, 20 años; Ibrahim Sawalli, 28 años; Salim Sawalli, 23 años; y Mohammed Fawana, 18 años.

16 de julio de 2014: Justo después de las 4 de la tarde, en un espacio de 40 segundos, cuatro chicos que jugaban al fútbol en la playa de Gaza fueron asesinados después de que un bombardero israelí les disparara dos obuses. Con edades de los siete a los once años, dos se llamaban Mohammad, uno Zakaria y el más joven era Ahed. Todos formaban parte de la extensa familia Bakr. Otros tres resultaron heridos y recibieron primeros auxilios de periodistas internacionales que fueron testigo de esta atrocidad. Hamad Bakr, de 13 años, tenía metralla en el pecho; su primo, Motasem, de 11 años, sufrió heridas en la cabeza y en la pierna; y Mohammad Abu Watfah, de 21 años, fue alcanzado por metralla en el estómago.

31 de marzo de 2018: Este fue el día en el que los francotiradores israelíes asesinaron a 17 manifestantes pacíficos e hirieron a otros cientos durante la Gran Marcha del Retorno en la Franja de Gaza. Entre los heridos se encuentra el futbolista palestino Mohammad Khalil, cuya carrera terminó abruptamente después de que un soldado israelí le disparara en ambas piernas. Jugador del Al-Salah FC, recibió un disparo en la rodilla con una bala mariposa, que le atravesó una pierna y le golpeó la otra rodilla, rompiendo el hueso. Nunca podrá volver a jugar otro partido, y es muy probable que permanezca varios meses postrado en cama.

13 de abril de 2018: El joven futbolista Attallah Fayoumi, de 17 años, sufrió una devastadora herida en la pierna después de recibir un disparo. Sus heridas requerían de una operación de urgencia, pero las fuerzas israelíes no le dieron permiso para abandonar Gaza y ser tratado en un hospital de Cisjordania o Israel. A medida que la gravedad de su condición empeoraba, los doctores se vieron obligados a amputarle la pierna, acabando con su sueño de convertirse en futbolista profesional.

Leer: Más de 100 organizaciones deportivas exigen a la FIFA que desfedere a los equipos de los asentamientos israelíes

Hay quien cree que Israel ataca deliberadamente a futbolistas y otros deportistas palestinos que atraen atención internacional favorable hacia Palestina como embajadores de su deporte. Ya sea viajando fuera de Gaza o moviéndose por Cisjordania, son sujetos a interrogatorios israelíes en los puntos de control y en los cruces fronterizos. Además de restricciones de desplazamiento, se sospecha que las fuerzas israelíes atacan deliberadamente a los futbolistas palestinos con munición real; sin duda, las pruebas lo demuestran.

Las Fuerzas de Defensa Israelíes se jactaron durante la Gran Marcha del Retorno de que “nada se llevó a cabo de forma incontrolada; todo fue preciso y medido, y sabemos dónde ha caído cada bala.” Poco después, el ejército eliminó su incriminatorio tweet a medida que fueron saliendo a la luz más pruebas sobre crímenes de guerra cometidos por sus soldados, pero no sin que antes el grupo activista B’Tselem realizara una copia.

Según Sami Abu Sneima, jefe de cirugía del Hospital Europeo en el sur de la Franja de Gaza, el futbolista Attallah Favoumi no es el único caso en el que se haya tenido que amputar una pierna desde que comenzaron las marchas pacíficas a finales de amrzo. “Muchas personas que recibieron disparos han tenido que ser sometidas a amputaciones de sus extremidades superiores o inferiores,” explicó.

El Ministerio de Salud de Gaza afirma que la mayoría de las lesiones que están siendo tratadas se producen en las extremidades inferiores, y, mientras que la mayoría de las heridas se consideran graves, los hospitales actúan caso por caso. Hasta el momento, 123 manifestantes han sido asesinados y más de 14.000 han resultado heridos, según el personal palestino de los hospitales. Al menos 32 personas, muchas de ellas menores de 25 años, han tenido que someterse a amputaciones.

Así que, mientras el director de la IFA, Ofer Eini, afirma que las acciones para cancelar el partido de Argentina fueron un intento deliberado de dañar al Estado sionista, debería fijarse en que no ha habido víctimas y nadie ha resultado herido en el proceso, a diferencia de los heroicos palestinos que forman parte de la resistencia pacífica de la Gran Marcha del Retorno. Si él y los miles de aficionados al fútbol israelíes afectados realmente quieren dirigir su rabia a alguien, ese alguien debería ser Benjamin Netanyahu y el trato inhumano de su gobierno hacia el pueblo palestino.

 

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autora y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

 

 

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La periodista y autora británica Yvonne Ridley ofrece análisis políticos sobre asuntos relacionados con el Oriente Medio, Asia y la Guerra Mundial contra el Terrorismo. Su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones de todo el mundo, de Oriente a Occidente, desde títulos tan diversos como The Washington Post hasta el Tehran Times y el Tripoli Post, obteniendo reconocimientos y premios en los Estados Unidos y el Reino Unido. Diez años trabajando para grandes títulos en Fleet Street amplió su ámbito de actuación a los medios electrónicos y de radiodifusión produciendo una serie de películas documentales sobre temas palestinos e internacionales desde Guantánamo a Libia y la Primavera Árabe.

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