La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) se enfrenta a un déficit de 300 millones de dólares que, según el portavoz de la organicación en Gaza, Adnan Abu Hasna, puede poner en peligro los servicios prestados a los refugiados palestinos a partir de agosto de este año. Israel y Estados Unidos han presionado incansablemente para desacreditar y cerrar la agencia, mientras que estos últimos han retenido sus fondos sustanciales desde diciembre, poniendo de acuerdo sus objetivos con los del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
No hay duda acerca de las consecuencias humanitarias que se provocarían si UNRWA tuviera que enfrentarse a restricciones financieras adicionales. Está lejos de cumplir su objetivo de ayudar a los palestinos refugiados a “llegar a su máximo potencial de desarrollo humano”, debido a varios problemas como la dependencia del apoyo totalmente voluntario de los donantes, que siempre es rehén de la correlación entre ayuda y abuso.
Actualmente, parece existir un esfuerzo deliberado de hacer sufrir a los palestinos al retirar el apoyo financiero. Mientras EEUU restringe a UNRWA, los palestinos de Gaza sufren consecuencias similares en manos de la Autoridad Palestina, cuya última ambición consiste en hacerse con el control de Gaza llevando al enclave al borde del colapso. Aun así, rara vez se relacionan ambas formas de opresión. Aparte del hecho de que la mayoría de la población de Gaza se compone de refugiados, los palestinos se ven obligados a vivir en un ciclo de privaciones por parte de las potencias políticas, que determinan sus posibilidades de sobrevivir, arrancándoles toda autonomía. Los palestinos sólo son descritos en términos humanitarios, por lo que no existe límite para el daño que se les pueda infligir, particularmente en términos políticos.
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La propia UNRWA se abstiene todo lo posible del discurso político, manteniendo el equilibrio necesario para asegurar que consigue donaciones de Estados miembros de la ONU, sabiendo que una solución política que reconozca y permita a los palestinos reclamar sus derechos y su territorio es una necesidad más precaria que las donaciones financieras. Existe una discrepancia en el mandato de la UNRWA, establecida por la ONU, que hace a la organización depender de los refugiados palestinos, y viceversa. La “ausencia de una solución para el problema de los refugiados palestinos” perpetúa la retórica política prevaleciente que pretende sostener dos enfoques contradictorios: coaccionar a los palestinos a un estatus permanente como refugiados y, al mismo tiempo, permitir que Israel y EEUU consigan su objetivo de reducir a UNRWA y, como resultado, provocar la desaparición política de los refugiados palestinos en la ONU.
Ambos enfoques son erróneos. Si no se detiene, la expansión colonial seguirá generando refugiados, y la función de la UNRWA no se reducirá. Los déficits de financiación y la referencia de la agencia como proveedora seguirán consolidando la división entre la política y el pueblo. Como resultado, UNRWA ocultará la visibilidad palestina, debido a que la agencia se centra a proporcionar ayuda en ausencia de derechos.
Ni UNRWA ni los palestinos desaparecerán por una falta de financiación. Sin embargo, la atención ocasional no será suficiente para compensar las constantes violaciones de derechos que sufre el pueblo de Palestina. Aniquilar cualquier acción política posible, que es lo que pretenden Israel y sus cómplices, es alejar aún más a los palestinos de sus derechos humanos básicos y, por supuesto, de sus derechos consagrados en el derecho internacional como una población colonizada y desplazada.
El plan de Netanyahu de eliminar el concepto de refugiados de Palestina – para su retorcida mente, que no haya UNRWA supone que no hay “refugiados palestinos” – fracasará, debido a la dependencia de Israel de la expansión colonial. Aun así, los problemas asociados a la falta de financiación eclipsarán a la identidad palestina y provocarán más divisiones entre el organismo humanitario de UNRWA y los derechos políticos legítimos de los palestinos.
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