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El secreto tras el consumo de carne de burro

(fuente: el balcón del jubilata)

En Bab El Khadra, uno de los barrios históricos más famosos de la medina de Túnez, capital de Túnez, encontramos una carnicería que vende carne de caballo y burro. Clientes tunecinos y marroquíes acuden a comprar esta carne, que se somete a un estricto control sanitario del Ministerio de Sanidad y de la policía municipal de Túnez. Todo tipo de grupos sociales compran carne de esta tienda durante todo el día.

Hussain Shushan, uno de los carniceros de la tienda, confirmó al Huff Post Arabi que heredó esta profesión de abuelo a hijo, y que se especializó en vender carne de burro y caballo. Su abuelo heredó esta profesión de la Comunidad de Malta desde 1963, que una vez se instaló en Túnez, y cuyos carniceros se especializaban en la matanza de este tipo de animales.

Shushan señaló que hay una gran demanda en Túnez de carne de burro y caballo por parte de todas las gobernaciones de la República tunecina, e incluso de fuera, y de los países vecinos como Libia, Marruecos y Argelia. Sus clientes van a esta tienda para comprar esta carne en particular y sus derivados – carne picada, salchichas y salami. Algunos de ellos la compran siguiendo recomendaciones de sus médicos, especialmente aquellos que sufren de anemia y deficiencia de hierro, y otros solían comprar esta carne como tradición familiar, debido a sus beneficios para la salud y su bajo precio, comparado con la carne de oveja y ternera.

Nuestro entrevistado confirmó que la demanda de este tipo de carne por parte de tunecinos y personas de otras nacionalidades ha aumentado en los últimos años, comparada con los anteriores. Sin embargo, denuncia la campaña que desacredita a este sector por parte de algunos intrusos que matan a los burros en mataderos al azar y los venden como carne de ternera, cuando a veces ni siquiera es apta para el consumo humano. Expresó que no se avergüenza de decirle a un nuevo cliente que vende carne de burro o caballo, y dejar que decida si comprarla o no.

Hugg Post Arabi ha revisado los asnos de esta tienda. Estaban sellados por el Departamento de Sanidad, lo que significa que son sacrificados en mataderos legales bajo la supervisión del Ministerio de Sanidad y las autoridades municipales relevantes. La carne a la venta se presenta en frigoríficos especiales con etiquetas de “carne de burro” y el precio, y se venden públicamente.

Al otro lado de la carnicería, los precios de la carne de burro y caballo están detallados en una lista, y otros están destinados al consumo para mascotas, como perros y gatos. Los trabajadores de esta tienda siempre se aseguran de dividir la carne en apta para humanos y apta para animales. Un kilo de carne de burro se vende a 6 dinares tunecinos, el equivalente a 2,5 dólares, mientras que el kilo de carne de oveja y ternera se vende a 25 dinares tunecinos, unos 10 dólares.

Beneficios para la salud

Raja M., una doctora residente en Al-Manar, confirma que es una de las clientes habituales de esta tienda. También confirmó al Huff Post Arabi que su confianza en los carniceros que trabajan en la tienda y en su cumplimiento de los términos de venta saludable la animó a comprar carne de caballo y burro, debido a los beneficios para la salud que distinguen a este tipo de carne animal del resto de la carne más consumida.

A Raja le sorprende que a la gente no le guste la carne de burro y caballo. Declaró que “al menos compro carne de burro y soy consciente. Podría haberla comprado en otro sitio pensando que es carne de cordero. El vendedor podría haberme engañado, algo común en otras tiendas, donde la carne de burro se vende como ternera.”

Nuestra entrevistada nos contó la historia de su difunto padre, que trabajaba en el sector sanitario y sufría de anemia. Su médico le aconsejó que comiese carne de burro y caballo debido a sus beneficios para la salud. Poco a poco, su familia se acostumbró a consumir esta carne. Era una decisión personal para ellos, no sólo por la mera diferencia de precios entre el burro y el cordero.

Venta legal y con licencia

Las autoridades tunecinas permiten la matanza y la venta de burros y caballos. También asignan mataderos municipales bajo controles de sanidad. El doctor Mohamed al-Rabhi, jefe de la Oficina de Sanidad y Conservación Medioambiental, afiliada al Ministerio de Sanidad de Túnez, contó al Huff Post Arabi que este tipo de carne se somete a un estricto control del Ministerio, y que no hay ningún obstáculo legal en el proceso de la matanza y la venta. El único problema reside en la existencia de mataderos no autorizados. La semana pasada, las autoridades allanaron mataderos ilegales en Bab El Khadra y requisaron cientos de kilos de carne de burro no apta para el consumo. Pretendían distribuirla a restaurantes de comida rápida y servirla como cordero o ternera.

Destacó que el problema de la venta de carne en Túnez es el fraude deliberado de vendedores; algunas tiendas ocultan la naturaleza de la carne, donde la carne de burro se vende al cliente como cordero o ternera en las tiendas e incluso restaurantes.

Sana al-Weslati, veterinaria y supervisora en la Organización de la Defensa del Consumidor, confirmó que hay una gran demanda de carne de burro en Túnez. Afirmó al Huff Post Arabi que la mayoría de los derivados de la carne de burro se sirven con bebidas alcohólicas en fines de semana, festivos y reuniones familiares. Algunas familias tunecinas con ingresos bajos se ven obligadas a recurrir al consumo de esta carne, debido a los excesivos precios del cordero y la ternera, que a veces superan los 11 dólares por kilo.

Al-Weslati cree que el consumo de carne de burro no es perjudicial para los humanos, siempre y cuando cumplan las condiciones de sanidad y se produzca en mataderos controlados, bajo la supervisión de doctores especializados. Sin embargo, los mataderos ilegales, donde se usan burros enfermos o viejos, ponen en peligro la salud de los ciudadanos tunecinos.

También enfatizó que las tiendas que venden carne de burro deben vender exclusivamente este tipo de carne, y no ternera o cordero, para no engañar al cliente. El consumidor debe saber que ha comprado voluntariamente carne de burro.

Mohamed al-Walhazi, Secretario General del Sindicato Municipal de Policía de Túnez, dijo en mayo en el canal privado de televisión Nessma que se estaban introduciendo de contrabando burros en Túnez. Declaró que la cifra de burros sacrificaba rondaba los 2.000 al mes, y que sus pieles se explotan en la industria de la moda y el maquillaje, y se exportan a empresas de cosméticos extranjeras.

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Periodista tunecina

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