La firma de un nuevo acuerdo petrolero entre la región kurda de Irak y la empresa petrolera rusa Rosneft ha provocado enojo y rechazo generalizados por parte de las fuerzas políticas kurdas y de los partidos chiíes del gobierno federal.
El gobierno kurdo cerró varios acuerdos petroleros el sábado en Moscú con Rosneft en presencia del primer ministro kurdo, Nechervan Barzani, Este acuerdo tiene una duración de 20 años y se aplica a los campos de excavación, servicios logísticos y desarrollo de infraestructura.
El montante económico de los acuerdos aún no se ha revelado.
El presidente ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, dijo en un comunicado emitido tras firmar los cotratos que los acuerdos "ponen un ejemplo de inversiones bien medidas en una de las regiones claves de Oriente Medio".
El lunes, varios bloques parlamentarios anunciaron su rechazo al acuerdo petrolero, advirtiendo que ello conduciría a peligrosas y graves consecuencias económicas y políticas.
El Movimiento por el Cambio, la Unión Islámica del Kurdistán y el Grupo Islámico del Kurdistán emitieron una declaración conjunta condenando el acuerdo, y añadieron que el petróleo se vende a precios demasiado bajos. Dijeron que este movimiento "sólo sirve a los intereses de un grupo político que negocian con el país y su riqueza", sin nombrar directamente al grupo.
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