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La crisis qatarí: el factor Yemen

Una mujer abandona su pueblo con sus pertenencias en Taiz, Yemen, el 20 de Febrero de 2017 (Abdulnasser Alseddik - Anadolu Agency )

 

Las crecientes tensiones en el Golfo Pérsico han derivado en un asedio total al pequeño Estado de Qatar, capitaneado por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Las acusaciones contra Qatar incluyen su apoyo a los Hermanos Musulmanes, a Al-Qaeda, al Dáesh y a grupos sectarios en Arabia Saudí y Yemen. Qatar ha negado categóricamente las acusaciones de financiación de terrorismo y ha descrito la situación como “injustificable”. Las acusaciones de terrorismo incluyen además dar apoyo a los hutíes en Yemen, una guerra en la que Qatar se ha implicado dentro de la coalición liderada por los propios saudíes.

 

Para las autoridades de Arabia Saudí es evidente el apoyo del reino de Qatar a las milicias golpistas de Al-Huti, incluso después de la formación de la Coalición de Apoyo a la legitimidad de Yemen.

 

Los rebeldes hutíes están tácitamente apoyados por el más formidable enemigo del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Irán. No existe ninguna evidencia demostrada del apoyo de los qataríes a las milicias hutíes desde que el reino árabe respondiera a la llamada de intervención, en 2015, de su aliado y expresidente en el exilio– Abd Rabbuh Mansur Hadi– y decidieran entrar en la guerra en Yemen. El objetivo de la coalición militar era el de reinstalar en el poder a Hadi, retomando la capital–Sana'a– y expulsando a los hutíes y sus aliados hacia Adén, al sur del país. En dicha coalición dirigida por Arabia Saudí se integran también Kuwait, EAU y Bahréin.

 

Dos días después de que Riad cortara relaciones diplomáticas con Qatar, seis soldados qataríes fueron heridos al defender la frontera saudí contra los hutíes. Tal y como afirmó el ministro de defensa de Qatar, “las fuerzas amadas qataríes estacionadas en la frontera sur saudí estaban llevado acabo su heroica tarea, junto a sus hermanos, de derrotar a las fuerzas enemigas en territorio saudí”. La frontera sur de Arabia Saudí ha vivido frecuentes incursiones hutíes, las tropas qataríes han estado a menudo en la línea de frente.

Desde que se unió a la coalición, Qatar ha desplegado diez barcos de guerra a lo largo de la costa del Mar Rojo, además de 1000 soldados equipados con el mejor armamento. Esto demuestra las verdaderas intenciones de su lucha contra los hutíes en Yemen.

¿Han perdido los saudíes a un negociador clave?

Qatar no es nuevo en el mundo de las negociaciones en conflictos, habiendo participado en contextos tan variados como el Afganistán de los talibanes, Sudán o Líbano. Incluso intentó motivar un acuerdo de paz entre los hutíes y el gobierno yemení en 2004. Para tratarse de un Estado de tan reducidas dimensiones, ha demostrado ser el negociador más proactivo en las aguas del Golfo Pérsico.

Por su parte, los hutíes han condenado las acciones realizadas contra Qatar. “Condenamos los ataques contra Qatar”, afirmaba el representante del Comité Revolucionario de Hutí el 5 de junio. “Estamos listos para cooperar con Qatar, pues les reconocemos como hombres sinceros, leales y sabios –tal y como demostraron durante su mediación en el conflicto yemení–“, añadió Mohammad Ali Al-Huti.

A pesar de que los hutíes han combatido contra las fuerzas qataríes, los rebeldes han mostrado señales de querer cooperar de nuevo. El líder hutí no desarrolló qué quería decir con “cooperar”, pero si habla de negociaciones reales podríamos encontrarnos ante una oportunidad perdida en una guerra que, actualmente, se encuentra totalmente estancada. Los hutíes podrían considerar a Qatar un actor neutral en lo que se refiere a negociaciones o acuerdos de paz, o simplemente “hombres sinceros, leales y sabios”. El grupo rebelde se ha negado previamente a aceptar al enviado especial de las Naciones Unidas, Ismail Ould Sheij Ahmed, como intermediario para negociar un acuerdo de paz. Creen que el emisario es parcial, y que sus posturas se inclinan del lado saudí. El enviado de las Naciones Unidas llegó incluso a sufrir un ataque los hutíes, aunque nadie salió herido.

 

La expulsión oficial de Qatar de la coalición, que tuvo lugar el lunes, podría por todo ello convertirse en un movimiento precipitado por parte de Riad, particularmente en un momento en el que el conflicto no parece ir hacia ninguna parte. Asimismo, las declaraciones de los hutíes podrían perfectamente significar su preferencia por Qatar a la hora de entablar negociaciones, antes que Rusia, que también está llevando a cabo movimientos en dicha dirección.

 

¿Apoyo a grupos terroristas?

Los bandos enfrentados en Yemen han combatido antes en la misma trinchera contra Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), incluyendo a los saudíes y a EEUU. “Luchamos junto a todos los musulmanes en Yemen, mano a mano con diferentes grupos islámicos” aseguraba el comandante militar de AQPA, Qasim Al-Rimi, afirmando que el grupo había establecido alianzas con diferentes facciones a las que se refería como “nuestros hermanos entre los hijos de las tribus suníes”. AQPA apoya a grupos armados locales en Yemen, apoyados a su vez por la coalición saudí, configurando así un bloque sunní contra los hutíes.

El gobernador de Hadramawt, Ahmed Bin Brik , aseguró que las fuerzas de élite hadramíes, apoyadas por EAU, detuvieron a milicianos de AQPA en posesión de tarjetas identificativas de la primera división del ejército yemení. Esto da a entender que Hadi está luchando junto a, y apoyando a, los grupos afiliados a Al-Qaeda en Yemen. Esta primera división del ejército lucha contra objetivos militares en las provincias de Shabwah, Hadramawt y Mahra, al este del país. El gobierno de Hadi, en el exilio, está por tanto colaborando con Al-Qaeda, a la vez que, por presión saudí, ha cortado relaciones con Qatar.

Qatar no niega estar armando a grupos opositores en Siria, pero afirmar que apoya al Dáesh es absurdo y carece de fundamento. La base estratégica de Al-Udeid, al suroeste de Doha, cobija a 10.000 tropas estadounidenses y es usado por EEUU para lanzar sus ataques contra Al-Qaeda y el Estado Islámico. Ambas aclaraciones nos dicen mucho acerca de cual es la postura real de Qatar frente a estos grupos transnacionales.

Si la implicación de Qatar en la guerra de Yemen ha terminado, podría quizás ser un resultado positivo de la crisis del Golfo, al haber permitido a Doha desinvolucrarse de un complejo e inestable conflicto. Lo más importante, sin embargo, es que ya no tomará parte de la sanguinaria campaña saudí contra civiles yemeníes, acusada ya por las organizaciones de derechos humanos de haber cometido crímenes de guerra. Aunque es improbable que Qatar vaya a estar presente otra vez en el frente de la guerra de Yemen, la crisis que vive el Golfo Pérsico sigue desarrollándose y, dada la fluidez del contexto en el que tiene lugar, no puede saberse aún con certeza cuáles serán sus resultados finales.

Leer: ¿Qué hay detrás de la escalada de tensiones entre EAU y Arabia Saudí contra Qatar?

 

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