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La verdadera razón por la que Theresa May ha visitado Arabia Saudí

La primera ministra británica, Theresa May, se reúne con el Ministro de Defensa de Arabia Saudí, Mohammad Bin Salman Al Saud, en Riad, Arabia Saudí, el 5 de abril de 2017. (Bandar Algaloud / Consejo del Reino de Arabia Saudi / Agencia Anadolu)

En numerosas ocasiones, la primera ministra británica, Theresa May, es comparada superficialmente con la antigua baronesa Margaret Thatcher, que dirigió Gran Bretaña en un momento en el que la venta de armas a Arabia Saudí estaba a la orden del día.

El 11 de agosto de 1987, BAE Systems entregó a sus clientes de Arabia Saudí los primeros dos aviones de los infames acuerdos de Al-Yamamah. Thatcher lo celebró, al igual que BAE Systems, que había conseguido “la mayor venta de algo a alguien” en la historia del comercio británico. A lo largo de los 20 años siguientes, BAE Systems ganó 43.000 millones de dólares en contratos. Entonces todo se puso un poco incómodo – como suele pasar con la relación entre Reino Unido y Arabia Saudí. Las denuncias de corrupción que llevaban acumulándose durante décadas resultaron en una investigación de la Oficina de Fraudes Graves. Entonces – de nuevo, como suele pasar con Arabia Saudí – el establishment británico intervino para ahuyentar a los opositores. Le tocó al sucesor ideológico de Thatcher, Tony Blair, cortar estas investigaciones.

Muchos de los temas siguen presentes hoy. Theresa May ha vuelto al Golfo, su segunda visita desde que asumió su cargo, y está enfatizando que el intercambio de inteligencia es una buena razón para acercarse a los saudís. En un comunicado publicado la semana pasada por la revista Number Ten, el portavoz de May declaró que la “relación de seguridad” entre ambos países ha salvado “muchas vidas en Reino Unido.” Como he argumentado otras veces, esta es una afirmación relativamente sólida.

La venta de armas sigue siendo un tema importante. Esta vez, después de tantas décadas, los saudíes han empezado a usar los aviones de combate que les hemos estado vendiendo. Ahora el énfasis está en proveer municiones para que los saudíes las utilicen en la guerra paranoica en Yemen. Resulta que la Casa de Saud tiene el clásico problema, muchas veces experimentado por conversos de mediana edad que se dan al golf o a los coches de carreras. Las fuerzas armadas saudíes están bien equipadas, pero no tienen experiencia.

La venta de armas es una parte importante de la relación actual entre Reino Unido y Arabia Saudí que May está impulsando – si los niños muertos en Yemen cuentan como algo positivo, pero la primera ministra británica también buscaba algo más: confianza en el mercado tras el Brexit. El jefe de la Bolsa de Valores de Londres viajó con May, habló de las inversiones en Reino Unido después del Brexit e intentó convencer a la compañía petrolífera estatal, Saudi Aramco, para que listara públicamente en su bolsa de valores.

Frente a la competencia de Tokio y Nueva York, este es un gran objetivo que perseguir. Las reservas en crudo de Aramco, de unos 260.000 millones de barriles, son 10 veces mayores que las de Exxon Mobil Corp. Bloomberg informó de que su producción diaria de diez millones de barriles es “mayor que la producción nacional de todas las compañías estadounidenses juntas”. Esta empresa es tan grande que Exxon, Apple, Berkshire Hathaway y Google juntas parecerían pequeñas a su lado.

Hace unos pocos meses escribí sobre cómo el político británico y ex petrolero Alan Duncan no se había convertido en ministro de Oriente Medio debido a su firme punto de vista sobre Israel. El hombre que se quedó el puesto, en el que continúa hoy en día, es Tobias Ellwood. Resulta que Ellwood no es sólo un ex comandante del ejército, sino también un antiguo gerente de negocios de la Bolsa de Londres. Será él quien se ocupe de lo que suceda después de los intercambios de esta semana. Se espera que el canciller Philip Hammond; el secretario de Estado del Comercio Internacional, Liam Fox; y el secretario de Exteriores Boris Johnson visiten Arabia Saudí en los próximos meses.

Ahora la IPO está “prevista para el 2018”, según Arab News, y podría costar “alrededor de 100.000 millones de dólares”, según oficiales saudíes. También han declarado que implicará varios intercambios, no sólo con Londres, lo cual es justo dado el tamaño de la proposición. Aun así, las ganancias de la Bolsa de Londres serán un buen empujón para la precaria economía post-Brexit. Dicho de otra forma, si, por alguna razón, los saudíes no deciden devolver los múltiples favores que le deben a Reino Unido, las cosas se pondrán muy feas para May. Quizás por eso su comunicado no mencionó la posibilidad de una lista de Saudi Aramco, o que el jefe de la Bolsa de Londres la acompañó en el viaje. Mejor no subir demasiado las expectativas.

Sin embargo, existe una horrible inconsistencia en cuanto a Saudi Aramco, porque el equipo de May tenía algo más en mente: proporcionar el consejo económico de mover a Arabia Saudí a una economía post-petrolífera. Han enviado a expertos británicos para negociarlo.

Este programa de reformas significa que la lista de Saudi Aramco será una propuesta menos atractiva para los inversores. El portavoz de May prometió que “como líder mundial en varios sectores, Reino Unido está bien situado como para ayudar a Arabia Saudí a llevar a cabo estas reformas vitales.”

Puede que sean vitales, pero la cuestión persistente es cuanto petróleo queda realmente en Arabia Saudí. Unos cuantos académicos reconocidos piensan que “el fin del petróleo” podría llegar tan pronto como en 2023. En ese momento, el apoyo británico a Arabia Saudí habrá seguido su curso.

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