Estados Unidos ha llevado a cabo ataques aéreos en Yemen contra Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), informaron hoy dos funcionarios estadounidenses en lo que podría ser una de las primeras operaciones realizadas por comandos estadounidenses desde la intervención que tuvo lugar en enero y terminó matando a decenas de civiles, incluyendo niños.
Testigos presenciales y funcionarios locales en la ciudad costera de Shuqra, en el sur de Yemen, difundieron la información, los ataques aéreos tenían como objetivo una zona montañosa adyacente donde se cree que cientos de militantes de Al-Qaeda están posicionados.
Los informantes aseguraron que escucharon fuertes explosiones en Al-Maraqisha que se prolongaron durante toda la mañana, una accidentada zona montañosa donde los militantes de Al-Qaeda se refugiaron el año pasado tras ser expulsados de las ciudades yemeníes que habían capturado previamente.
El mes pasado, la población local aseguró que buques de guerra extranjeros, supuestamente pertenecientes a la Marina de Estados Unidos, bombardearon esta zona montañosa, pero un portavoz del Pentágono negó la implicación estadounidense.
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La incursión de enero, la primera de este tipo autorizada por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, fue aclamada como un éxito por la Casa Blanca. Los críticos cuestionaron el valor de una operación que mató a mujeres y niños, entre ellos una niña de ocho años.
El ejército estadounidense se vio obligado a retirar un video donde aparecían supuestos combatientes de Al-Qaeda, que inicialmente había publicado como evidencia de que la incursión fue un éxito antiterrorista. El video, mostraba a un hombre enmascarado animando a la gente a construir bombas, resultó ser un video falso que llevaba circulando por la red desde hacía varios años.
Trump, citando información de su secretario de Defensa, manifestó el martes al Congreso que la incursión arrojó información valiosa que "conduciría a muchas más victorias en el futuro".
Un alto funcionario estadounidense aseguró que ese día la información recopilada por la inteligencia proporcionó datos sobre la fabricación de explosivos de AQAP, las prácticas de orientación, entrenamiento y reclutamiento.
El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, enfatizó que tal percepción era particularmente importante dada la amenaza que AQAP ha planteado durante mucho tiempo.
AQAP cuenta con uno de los más temidos fabricantes de bombas del mundo, Ibrahim Hassan Al-Asiri, y ha sido una preocupación persistente para el gobierno de EE.UU. desde que en 2009 un comando intentase saltar por los aires un avión en Detroit el día de Navidad.
El grupo terrorista se ha aprovechado de una guerra civil enfrentando a los chiíes alineados con Irán contra el gobierno respaldado por Arabia Saudí, el gobierno internacionalmente reconocido del presidente Abd Rabbuh Mansour Hadi, para tratar de ampliar su control e influencia en uno de los países más pobres Medio Oriente.
La guerra, que condujo a la formación de la alianza árabe dirigida por Arabia Saudí contra los huzíes, ha matado a más de 10.000 personas, según funcionarios de Naciones Unidas.
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