Un hombre sudanés ha estad a punto de perder la vida tras prenderse fuego como protesta contra el presidente Omar Al-Bashir.
El hombre se encontraba cerca del palacio presidencial de Jartum, la capital, la semana pasada, cuando gritó “soy sudanés, y Al-Bashir es un dictador”, antes de intentar suicidarse.
El acto de inmolación, popularizado por Mohammed Bouazizi, el vendedor callejero tunecino que se prendió fuego en la Primavera Árabe de 2010 y que acabó expulsandoa Zine Al-Abidine Ben Ali del poder; es el último de una serie de actos de protesta contra el gobierno sudanés, aunque el primero de este tipo en el país.
Se cree que el hombre, de 31 años, vertió gasolina sobre su cuerpo antes de prenderse fuego. Muchos testigos corrieron para extinguir las llamas. Después, la policía trasladó al paciente crítico a un hospital.
Al-Bashir es buscado por la Corte Penal Internacional bajo cargos de crímenes de guerra y genocidio en el país, que atraviesa un conflicto bélico y una dura represión contra aquellos contrarios a su mandato.
El año pasado, para silenciar a la oposición, Al-Bashir advirtió que aplastaría brutalmente las protestas en respuesta a los activistas de la oposición que pedían una huelga nacional contra la decisión del gobierno de cortar los subsidios de combustible, lo que causó un aumento en los precios.
La advertencia fue un “guiño” a la sangrienta represión de los manifestantes por parte de las fuerzas del gobierno en 2013, en unas protestas de la oposición en las que murieron unas 200 personas.
Tras una calma relativa después del acuerdo de paz de 2005 que acabó con la segunda guerra civil del país entre el gobierno sudanés y los rebeldes del Movimiento por la Liberación del Pueblo Sudanés; volvió a estallar el conflicto el 9 de julio de 2011 por la independencia del sur de Sudán.
El conflicto se entremezcla con la guerra de Darfur, donde en noviembre de 2011, los rebeldes del Movimiento por la Liberación del Pueblo Sudanés del Norte establecieron una alianza con los rebeldes de Darfur, que se hacen llamar el Frente Revolucionario de Sudán.
Desde octubre de 2014, unos dos millones de personas se han visto afectadas por el conflicto; más de 500.000 han sido desalojadas y unas 250.000 se han visto obligadas a huir al sur de Sudán o a Etiopía.
El conflicto se intensificó en enero de 2015, cuando el gobierno de Al-Bashir intentó recuperar el control del territorio controlado por la oposición antes de las elecciones generales de abril de 2015.
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