Un grupo armado que lucha bajo el estandarte del Ejército Sirio Libre (FSA) en el noroeste de Siria se ha retirado del ya de por sí débil alto el fuego nacional, culpando al régimen de Bashar Al-Assad y a sus aliados por violaciones del mismo.
"Debido a la falta de compromiso de Rusia como garante del alto el fuego anunciamos que, a partir de hoy, no estamos obligados por este acuerdo", dijo Jaish Al-Ezza, un firmante del acuerdo negociado por Rusia y Turquía.
El grupo dijo que su decisión fue en respuesta a lo que describió como un pesado bombardeo ruso de sus posiciones y áreas circundantes en la provincia de Hama.
Las luchas y los ataques aéreos han plagado el alto el fuego entre el régimen de Assad y los grupos de oposición desde que entró en vigor a finales de diciembre, con los combatientes acusándose mutuamente de violaciones del mismo.
Después de dos días de negociaciones en Kazajstán la semana pasada, Rusia, Turquía e Irán acordaron garantizar el pleno cumplimiento de la frágil tregua.
Jaish Al-Ezza, que ha recibido ayuda externa de los estados que se oponen al régimen de Assad, también culpó a las fuerzas gubernamentales y aliados de los yihadistas chiíes respaldados por Irán de violar el alto el fuego en Wadi Barada, cerca de Damasco.
Una ofensiva de un mes contra los rebeldes en Wadi Barada terminó ayer cuando el gobierno capturó el valle, donde una importante fuente suministra la mayor parte del agua de la capital. El régimen de Assad había bombardeado las estaciones de bombeo de agua en la fuente de Ain Al-Fijah, causando una gran escasez de agua en Damasco.
La retirada de la tregua por parte del grupo de oposición, con sede en Hama, podría complicar aún más el campo de batalla en la esquina noroccidental de Siria, donde rebeldes extremistas representados por Jabhat Fateh Al-Sham (JFS) y las facciones islamistas dirigidas por Ahrar Al-Sham están en guerra entre sí.
El conflicto sirio enfrenta al régimen de Assad, respaldado por Rusia e Irán, contra una amplia gama de grupos de oposición suníes, incluyendo algunos apoyados por Turquía, los estados del Golfo Arábigo y Estados Unidos.
A pesar de una reducción general de la violencia, más de 400 civiles han muerto en enfrentamientos y bombardeos desde que comenzó la tregua, según ha indicado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un observador de guerra británico.
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