Israel trabaja activamente para expulsar a los habitantes árabes de Negev para abrir paso a comunidades judías, informó ayer Arab48.
Desde la Nakba de 1948, las autoridades israelíes han implementado procesos de desarrollo que obligan a las comunidades árabes a huir de sus hogares y a conceder sus tierras.
A cambio, a veces Israel construye unidades para árabes en otras zonas y les ofrece indemnizaciones, aunque no siempre cumplen con sus compromisos.
Uno de sus últimos proyectos, el plan a cinco años de desarrollo económico, llamado el Proyecto Prawer, fue rechazado por las comunidades árabes, que organizaron protestas masivas en su contra.
Hace poco, el Ministro de Finanzas israelí Moshe Kahon se comprometió a incluir el proyecto en los presupuestos de 2017.
Para expulsar a los árabes de la zona, Israel corta su acceso a servicios básicos, incluyendo agua, electricidad y alcantarillado. También llevan a cabo demoliciones colectivas de hogares árabes.
El pueblo de Al-Araqeeb ha sido demolido 105 veces por las fuerzas de ocupación israelíes, en un intento por expulsar a sus habitantes. Sin embargo, se niegan, y un gran número de familias siguen en la zona.
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