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Entre la victoria y la derrota en Mosul

Lo que vendrá tras la liberación de Mosul podría ser peor que su liberación, especialmente si no se implementan políticas justas y transparentes, en las que puedan estar de acuerdo una gran mayoría de iraquíes.
Un niño iraquí juega con una paloma después de que la ciudad fuera liberada de Daesh por las fuerzas peshmerga kurdas.

Las fuerzas iraquíes, en colaboración con una coalición internacional, liberarán la ciudad de Mosul y la provincia norteña de Nínive en Irak, y Daesh será expulsado de la ciudades y pueblos iraquíes.

Sin embargo, la victoria permanecerá frustrada por las estrategias que se están implementando sobre el terreno, que son las mismas que en el pasado permitieron a Daesh comenzar a hacerse con el control de las ciudades y provincias de Irak. Algunos de las factores en juego son: los políticos de la administración central iraquí, los conflictos regionales e internos, y la sensación de exclusión y marginación que sienten buena parte de los iraquíes, que se oponen al gobierno de Bagdad tanto como a Daesh.

Lo que vendrá tras la liberación de Mosul podría ser peor que su liberación, especialmente si no se implementan políticas justas y transparentes, en las que puedan estar de acuerdo una gran mayoría de iraquíes. En realidad, la hegemonía de Daesh sobre grandes extensiones del territorio sirio e iraquí es sólo el "nombre de guerra" de un problema mucho mayor. Si las nuevas políticas no toman una dirección positiva para Irak, la victoria en esta batalla podría convertirse en una derrota estratégica a gran escala. El caos volvería a producirse, los conflictos y venganzas crecerían en una atmósfera de idéntico terror a la que se ha venido produciendo bajo el poder de Daesh.

Hay una serie de retos obvios en el periodo post-liberación de Mosul que no requieren de un gran análisis para ser descubiertos. Estos retos tiene que ver con la legalidad y la seguridad, el retorno de los refugiados y la regulación de las milicias chiíes, dado que algunos testigos afirman que sus agresiones en Faluya y otras ciudades de Irak han sido casi tan brutales como lo eran las de Daesh. Así, hay familias que viven tanto con miedo a Daesh como a la venganza de las milicias que buscan exacerbar las tensiones sectarias.

Los residentes de Faluya todavía no han podido regresas a su ciudad a pesar de su "liberación". Por esta razón, hay muchos que dudan de que los residentes de Mosul puedan volver a sus casas con seguridad. Ha venido viéndose claramente a través de los medios de comunicación que hay una gran presencia de Irán en Irak. La presencia de las milicias chiíes parece haberle sido impuesta al primer ministro iraquí Haider Al-Abadi, mientras hay muchos que están comenzando a cuestionar la legitimidad del gobierno central iraquí y su grado de dependencia respecto a Teherán. La cuestión central es saber si el gobierno central de Irak será capaz de gobernar un país soberano sin la interferencia de Teherán. Los analistas estadounidenses están publicando artículos sugiriendo que Qassem Soleimani, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria Iraní y comandante de la Fuerza Al-Quds, ha enviado a un gran número de sus hombres a Irak, y que éstos siguen allí.

Tanto Irán como Turquía tienen un gran interés en enviar fuerzas a Irak, lo que complica aún más las alianzas y conflictos, tanto domésticos como regionales. Ambos países ven el norte de Irak como un espacio importante en el que asegurar sus intereses, dada la presencia de turcomanos, kurdos y chiíes, los cuales están directamente afectados por los acontecimientos que están teniendo lugar. Más aún, el complejo conflicto sirio no difiere demasiado de lo que está sucediendo en Mosul, y quizá Irán se esté planteando en consecuencia constituir una región-puente entre sí mismo y Siria en el norte de Irak.

Turquía aparece como la responsable de proteger los derechos de los turcomanos así como de sus otros aliados en Irak, y también le preocupan las iniciativas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) en esta zona. El gobierno turco espera contener al PKK entre las fronteras iraquí y turca, cuando no expulsarlos completamente del territorio. A Turquía también le gustaría que su aliado, Athil Najafi, gobernador de la región de Nínive, tuviera un papel relevante en el futuro de la provincia. El gobierno central de Bagdad, en cambio, rechaza por completo esta idea. Así empieza el conflicto turco-iraquí antes incluso de que se haya reconquistado Mosul. Hay actualmente un conflicto en curso en Nínive entre el aliado de Ankara, Athil Najafi, y Nofal Hamadi, que es partidario del gobierno de Bagdad y de Irán. Ambos dos tienen, además, sus propios desencuentros con los kurdos y sus tribus.

Por supuesto, hay además interrogantes obvios en lo que respecta a la reconstrucción de Mosul y otras ciudades que han sido destruidas por Daesh y cómo se podrán proveer los servicios públicos elementales allí, sin embargo, nadie está atendiendo estas cuestiones con sinceridad y convicción. El gobierno iraquí y sus aliados no están planteando estrategias realistas que puedan ser implementadas a raíz de la liberación de Mosul y su rehabilitación. También parece que Irak no es el objetivo central en este escenario, sino que el papel de Irán en el gobierno central iraquí consiste en controlar la región, combatir el terrorismo y proporcionar apoyo directo al régimen sirio. También parece que Estados Unidos se conforma con conseguir una pequeña y rápida victoria en vísperas de las elecciones presidenciales. Por esta razón, Estados Unidos está ignorando muchas de las implicaciones reales sobre el terreno derivadas de la participación de Irán en el conflicto.

La caída de los precios del petróleo también ha afectado negativamente a Irak, haciendo que la crisis económica y frenar la pobreza sean retos en las zonas más devastadas del país comparables en importancia a combatir a los extremistas.¿Será la provincia de Nínive, y quizás todas las áreas de mayoría suní de Irak, convertidas en regiones federadas al igual que la región kurda? Este es precisamente el resultado que Irán más teme, ya que socavaría su presencia en la región y le impediría alcanzar su objetivo de crear un puente terrestre a Siria. De hecho, podrían surgir más federaciones como resultado de la situación política en la región, en lugares como Basora, por ejemplo. Hemos empezado a hablar de la liberación de Mosul y el futuro de Irak, pero ahora parece que esa lucha por el futuro de Mosul supera con creces la gravedad y la ferocidad de la lucha contra Daesh.

Este artículo ha sido traducido de Al-Araby Al-Jadeed, 28 de Octubre de 2016

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