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Cinco razones por las que Gaza sigue estando sitiada

Una rudimentaria fábrica de cemento en la Franja.

El primer ministro turco Binali Yildirim aseguró el lunes que el bloqueo de Israel a Gaza había sido “levantado en gran medida” como parte del reciente acuerdo de reconciliación entre Israel y Turquía.

La normalización de relaciones turco-israelíes, seis años después de que las fuerzas israelíes mataran a 10 ciudadanos turcos a bordo de un barco en ruta hacia Gaza, supone que Ankara podrá suministrar ayuda humanitaria al enclave sitiado, así como “construir un hospital de 200 camas, un proyecto de viviendas y una planta desalinizadora en Gaza”, aunque “bajo la condición de que los materiales pasen primero por el puerto israelí de Ashdod”.

Por desgracia, nada de esto constituye un levantamiento del bloqueo. Ninguna cantidad de ayuda va a modificar los elementos clave de las restricciones impuestas por Israel a la Franja y a sus 1,8 millones de habitantes. A continuación, describo cinco maneras de las que el bloqueo permanece inmodificado.

  1. Restricciones sobre lo que entra en Gaza.

En 2016 han entrado en Gaza una media semanal de 2,145 cargamentos de camiones (casi la mitad son materiales de construcción), el 76% de la cantidad pre-bloqueo. Israel mantiene una lista “extensa” de productos “de doble uso”, entre ellos algunos “cuyo uso es primordialmente civil y de una importancia crucial para la vida de los civiles”. La reconstrucción tras la ofensiva israelí de 2014 ha progresado con lentitud; sólo en octubre del año pasado fue reconstruida la primera casa, y nos 90.000 palestinos permanecen desplazados.

  1. Restricciones sobre los bienes existentes en Gaza.

La salida de productos de la Franja de Gaza para la venta en el extranjero o en los mercados principales del enclave, Cisjordania e Israel, permanece muy restringida. En la semana del 14 al 20 de junio, por ejemplo, tan sólo salieron 26 camiones de productos, una décima parte del nivel previo al bloqueo. El año pasado, un alto cargo del Banco Mundial dijo que el bloqueo israelí y la guerra de 2014 habían motivado “que las exportaciones de Gaza prácticamente desaparecieran” (no exageró, las exportaciones cayeron en un 97% entre 2007 y 2012).

  1. Restricciones al movimiento de personas –incluido desde y hacia Cisjordania.

Incluso tras las “concesiones” realizadas por Israel tras la “Operación Margen protector”, las cifras de tránsito en el paso de Erez, bajo control israelí, suponen tan sólo el 3% de las cifras de septiembre de 2000. Además, Israel sigue impidiendo que las familias palestinas se visiten, y estudiar en las universidades de Cisjordania es imposible para los estudiantes palestinos de Gaza. Quienes gozan de permisos israelíes son tan sólo un número restringido de “personal médico y humanitario, comerciantes y trabajadores de ONGs”.

  1. Ataques de las fuerzas israelíes a pescadores y campesinos.

Las fuerzas de la ocupación israelí siguen atacando de forma cotidiana a civiles palestinos en la Franja, en especial a los pescadores faenando y a los agricultores que trabajan sus tierras cerca de la valla fronteriza. Tan sólo desde el lunes, las fuerzas israelíes han abierto fuego una vez contra pescadores y dos veces contra agricultores. Entre el 7 y el 20 de junio, según datos de la ONU, las fuerzas israelíes han abierto fuego contra palestinos en estas “Zonas de Acceso Restringido” por lo menos en 32 ocasiones.

  1. Egipto mantiene cerrado el paso de Rafah.

Aunque Israel controla casi todos los pasos fronterizos de la Franja (y es la potencia ocupante), las autoridades egipcias desempeñan un papel clave en el mantenimiento del bloqueo. Esta semana, Egipto ha abierto el paso de Rafah en ambas direcciones durante cinco días, pero esto constituye una excepción y no la regla. Por ejemplo, en la actualización de la ONU de abril –un mes en el que el paso de Rafah permaneció cerrado- se recoge que desde el 24 de octubre de 2015 el paso había permanecido cerrado “salvo por 42 días”.

En conclusión

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon dijo ayer en Gaza que “el bloqueo a Gaza… constituye un castigo colectivo por el que hay que exigir responsabilidades”. Para muchos palestinos, sin embargo, la ONU, y quizá ahora también Turquía, están ayudando a Israel “a administrar el asedio, en lugar de desafiar su continuación”. Por desgracia, en términos de impacto sobre el terreno, el acuerdo Turquía-Israel parece ser “más notorio por lo que no consigue que por lo que realmente contiene”.

 

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Ben White

Ben White is a British journalist and activist who primarily writes about the Israel-Palestine conflict

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