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La destrucción del patrimonio en Yemen

Los innumerables daños materiales supondrán un nuevo obstáculo en el lánguido desarrollo del país, además de arruinar viviendas y servicios básicos, pero hay un tipo de recurso material que difícilmente se podrá recuperar: el patrimonio histórico de Yemen está siendo destruido indiscriminadamente.
Foto: EFE/ Reuters

Yemen, situado al suroeste de la Península Arábiga, es una de las cunas más antiguas de la civilización en Oriente Medio; y también el país árabe más pobre.

Desde el año 2014 se ha desatado un conflicto armado entre las fuerzas hutíes del norte del país, junto a sectores del ejército afines al antiguo presidente Alí Abdulah Saleh, y las fuerzas leales al gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi.

En marzo de 2015, los rebeldes iniciaron una ofensiva hasta llegar a los alrededores de la capital, Saná, sede del gobierno del presidente Hadi, que se retiró hacia la ciudad de Adén, para más tarde exiliarse en Riad, la capital de Arabia Saudí. Sus aliados del Consejo de Cooperación del Golfo, encabezados por Arabia Saudí, iniciaron una ofensiva para recuperar el terreno perdido y restablecer el poder de Hadi, esta operación ha recibido el nombre de “Tormenta Decisiva”.

Los costes humanos de esta guerra son y siguen siendo terribles: más de 6.000 muertos, 11.000 heridos, 1 millón de desplazados y 21 millones de personas (el 80% de la población de Yemen) necesitada de ayuda humanitaria para sobrevivir.

Los innumerables daños materiales supondrán un nuevo obstáculo en el lánguido desarrollo del país, además de arruinar viviendas y servicios básicos, pero hay un tipo de recurso material que difícilmente se podrá recuperar: el patrimonio histórico de Yemen está siendo destruido indiscriminadamente.

El coordinador de la Organización para la Conservación de las Ciudades Históricas de Yemen, Nabil Monasser, señaló que “durante los bombardeos del territorio del país por la coalición árabe fueron dañados 16 monumentos de la antigüedad”; también indicó que la mayor parte de daños provienen de ataques aéreos, no de acciones terrestres, y que durante estos ataques, además de resultar destruidos una serie de edificios históricos de gran valor patrimonial, también perecieron sus habitantes.

La mezquita del Iman al-Hadi en la ciudad de Saadah fue destruida por aviones saudíes el 9 de mayo de 2015. Este edificio era la tercera mezquita más antigua del país, construida hace 1.200 años y aparentemente era utilizada como fortaleza por los rebeldes huties.

El 11 de mayo la ciudad antigua de Saná, inscrita en la lista de patrimonio mundial en 1986, fue bombardeada desde la mañana hasta la noche causando numerosas víctimas civiles y daños irrecuperables para su patrimonio histórico. Un mes más tarde la UNESCO inscribió a la ciudad vieja de Saná en la lista de patrimonio en peligro. También fueron dañados el sitio arqueológico de la ciudad amurallada preislámica de Baraqish y la antigua ciudad de Sa`dah.

El 24 de mayo dos ataques aéreos saudíes recayeron sobre la antigua ciudadela Al-Shareef, en la ciudad de Bajel.

El 25 de mayo el museo Dhamar fue completamente destruido por ataques aéreos saudíes; el museo guardaba más de 10.000 artefactos de la civilización himyarita, mientras el sitio arqueológico de Zafar,cercano al museo, también resultó destruido.

El 5 de junio fue alcanzado por dos misiles durante un ataque aéreo el castillo de Al-Qahera, en la ciudad de Taiz; al parecer la fortaleza estaba siendo utilizada por las fuerzas rebeldes hutíes como base militar.

El 1 de junio la antigua presa de Mareb Dam resultó dañada por un ataque aéreo. Esta presa fue erigida en el S.VII a.C. en la ciudad de Marib, que fue en su día capital del reino de Saba, y se trata de uno de los restos antiguos mas importantes de Yemen.

El 4 de junio fue alcanzado por ataques saudíes Dar-al-Hajar, un palacio situado al norte de Saná, construido en 1786.

El 12 de junio se produjo un ataque al barrio de Qassimi en la capital Sanà; este vecindario fue catalogado por la UNESCO como patrimonio mundial de la humanidad, las raíces de este antiguo barrio se remontan a hace mas de 2.500 años, y algunas de sus construcciones llevan en pie más de diez siglos. Esta zona ya había sido atacada anteriormente, pero nunca había recibido un ataque de proyectil directo. El ataque supuso la desaparición de numerosas casas de adobe, algunas construidas en el siglo XI; en el ataque murieron 12 personas y decenas resultaron heridas.

Este ataque fue condenado por la directora de la UNESCO Irina Bokova, Directora General del organismo, quien señaló que “Es evidente que la destrucción de su cultura afecta directamente a la identidad, la dignidad y el futuro del pueblo yemení, así como a su capacidad para creer en el futuro”; se incluyó a Saná en la lista de patrimonio mundial en peligro; Yemen tiene otros dos sitios culturales inscritos en la lista de patrimonio de la humanidad, la ciudad vieja de Shibam (inscrita en 1982) y la ciudad histórica de Zabid (inscrita en 1993 y que desde 2000 figura en la lista de patrimonio mundial en peligro). La coalición encabezada por Arabia Saudí negó entonces que se llevaran a cabo operaciones sobre la ciudad.

Estos edificios de adobe y troncos se apoyan sobre robustos muros de más de un metro de espesor, y la superficie de los pisos superiores se va reduciendo a medida que ganan altura; La organización de estos edificios refleja las costumbres sociales y religiosas de la época en que se contruyeron: el primer piso constituye el diván o salón de recibimiento, reservado a los hombres, en el siguiente piso se halla la sala de reunión familiar, que también puede contener habitaciones privadas o la cocina, un espacio predominantemente femenino. El último piso es utilizado como sala de reuniones para la familia o amigos cercanos, donde se lee poesía, se masca qat o se escucha música tradicional. En el exterior estos edificios de fachada ocre están decorados con dibujos blancos que enmarcan puertas y ventanas, formando un paisaje propio de Yemen, que está siendo actualmente destruido. Para que nos hagamos una idea de la importancia de estos edificios, hay quien ha comparado la destrucción de estos con la desaparición de las pirámides de Giza.

Pero no solo ha sufrido ataques el patrimonio arquitectónico de los yemeníes. Los ejemplares del Corán más antiguos del mundo árabe se encuentran en Yemen; en la biblioteca de la Gran Mezquita de Saná, que podría correr la misma suerte que otros edificios históricos del país. El investigador estadounidense John Cole denunciaba que “si los saudíes se toman con orgullo el ser los guardianes de los dos lugares santos de La Meca y Medina, deben ser también guardianes del Corán y detener los bombardeos contra Saná”. La Gran Mezquita de Saná fue fundada por uno de los compañeros del Profeta. En ella, en 1965, después de unas lluvia que dañaron parte del edifico, se encontró una sala tapiada que guardaba folios y coranes, algunos de ellos con más de 1000 años de historia.

El pasado abril, tras unas conversaciones mantenidas en Kuwait, comenzó el alto el fuego acordado entre las facciones hutíes del norte del país y la coalición liderada por Arabia Saudí Este alto el fuego podría suponer el fin de un conflicto que comenzó hace 2 años y que le ha costado la vida a más de 6.000 personas, ha dejado sin luz ni agua a buena parte del país, arruinado infraestructuras básicas y servicios y destruido parte del valioso patrimonio de Yemen.

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