Con cada nuevo día de la Nakba, vuelven a nuestra memoria los doce meses en los que muchos de los refugiados palestinos han muerto sin haber podido disfrutar de sus derechos inalienables. Los refugiados palestinos han sido asesinados en Siria así como en Palestina durante estos doce meses, algunos han muerto tratando de alcanzar Europa y otros, desplazados dentro de la propia Palestina y por todo el globo, han visto llegar su hora de forma natural. La mayoría de ellos ni siquiera habían visto el pueblo al que denominaban “casa”.
Sin embargo, existe también una minoría de 8 millones de palestinos desplazados para quienes son regulares las visitas a a sus lugares de origen, e incluso en algunas ocasiones a sus casas originales, que se han convertido en parte de su sensación de exilio.
Los ciudadanos palestinos desplazados internamente en Israel incluyen en su mayoría a muchos de los que han ido siendo desplazados en las décadas sucesivas a la creación del Estado de Israel en un proceso que continúa en la actualidad. Sin embargo, la mayoría fueron desplazados de sus aldeas durante la Nakba.
Durante el transcurso de algunos años he acompañado y fotografiado a muchos desplazados internos palestinos, y a refugiados que vivían al oeste del Muro el la parte este de Jerusalén , en este viaje hacia sus tierras históricas colonizadas. A través de los ojos de estos pocos palestinos que han tenido la oportunidad de visitar sus tierras originarias, aunque solo temporalmente, se fomenta la unión no solo a su tierra, sino también a su historia y cultura.
Estas visitas son utilizadas por los palestinos para mucho más que la mera nostalgia. Los supervivientes de la Nakba organizan recorridos explicando la historia de su pueblo a las nuevas generaciones, presentando un contexto visual que va unido a la defensa de la identidad. Sobre todo, posibilita que la conexión con la tierra, la identidad y los derechos permanecen protegidos, a pesar de la negación que de ella hacen Estado de Israel y la comunidad internacional.
Sobre los hombros de los ciudadanos palestinos desplazados internamente está la responsabilidad de mantener viva la conexión física a la que no pueden acceder la mayoría de los desplazados.
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