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¿Se avecina un nuevo intercambio de prisioneros?

Desde la ofensiva israelí contra Gaza en verano de 2014, el gobierno israelí no sabe cuántos de sus soldados están desaparecidos, si están vivos o muertos, o cuántos cuerpos están en manos de los palestinos.

 

Cuando se hizo público que el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina en Gaza había capturado a un soldado israelí, en 2006, Binyamín Netanyahu encaró la cuestión de un acuerdo para el intercambio de prisioneros con terquedad y arrogancia. El primer ministro israelí resultó, sin embargo, humillado; obligado a ceder ante la exigencias de la resistencia, aceptó la liberación de más de 1.200 prisioneros palestinos, 450 de los cuales estaban cumpliendo condenas prolongadas.

En aquel entonces, toda exigencia israelí tenía un precio. Las autoridades ocupantes exigieron un vídeo que probara que Gilad Shalit seguía con vida; lo obtuvieron a cambio de la liberación de 20 presas palestinas. Netanyahu hizo todo lo que pudo para que Hamás retrocediera con esta condición, pero se enfrentaba a un equipo de negociadores sin igual y finalmente tuvo que ceder. A pesar de que los israelíes habían aprobado una ley que prohibía que los prisioneros que habían matado a israelíes fueran parte de ningún intercambio, la ley fue infringida. Los ocupantes liberaron a numerosos prisioneros de este tipo en 2011, todo a cambio de un soldado israelí capturado por la resistencia mientras se encontraba en acto de servicio en la frontera.

Desde la ofensiva israelí contra Gaza en verano de 2014, el gobierno israelí no sabe cuántos de sus soldados están desaparecidos, si están vivos o muertos, o cuántos cuerpos están en manos de los palestinos. Mantiene el silencio sobre esta cuestión en público, y ha informado a los familiares de los soldados desaparecidos de que han muerto; de que la resistencia está en posesión de los cuerpos y de que no hay rehenes vivos. No obstante, la resistencia es más creíble y conoce la realidad acerca del número de soldados que han sido capturados y sobre si están vivos o muertos. Existen indicadores de que los palestinos tienen a más de uno o dos soldados capturados, y la resistencia ha prometido un acuerdo de intercambio honorable.

Netanyahu entiende estas señales y sabe lo que quiere la resistencia. Está buscando una pista que le permita comprender la situación exacta, pero sabe que se enfrenta a un equipo de negociación que no cede; que es muy diferente de los negociadores palestinos a los que está acostumbrado; y a que no está menos determinado que el equipo que dirigió las conversaciones acerca del intercambio de Shalit. Los miembros del nuevo equipo han aprendido del grupo anterior, pero Netanyahu no lo ha hecho. Le han dicho indirectamente que no proporcionarán información gratis, pero él entretanto está fingiendo falta de interés. Está extendiendo la ilusión de que los soldados están muertos y de que la resistencia sólo tiene sus cuerpos. Todos sabemos que negociar la devolución de un cuerpo es diferente de negociar por soldados vivos, en términos del precio que tendrán que pagar las autoridades ocupantes.

El número de soldados capturados por Hamás lo conoce únicamente su ala militar, las brigadas Al-Qassam, y abrir la puerta a las negociaciones requerirá del pago de un precio, pero Netanyahu se está comportando de forma evasiva y terca. Quiere que sus soldados sean devueltos sin dar nada a cambio, pero sabe que no obtendrá lo que desea.

En vista de la arrogancia del Primer Ministro, se ha pedido a la resistencia palestina que no dé ninguna información. En lugar de ello, deberían tratar de conmover al público israelí y a las familias de los soldados como hicieron con el vídeo anterior, para someter a Netanyahu a presión. La presión desde dentro de Israel romperá el falso silencio de Netanyahu y le empujará a buscar a un mediador con la resistencia, también ya que ahora se habla de elecciones anticipadas y su popularidad y su partido están cayendo en las encuestas. Sería sabio por su parte lograr un acuerdo con la resistencia que le permita impulsar su imagen en casa.

A la resistencia le diría que estuviese preparada, ya que es buen momento para otra ronda de negociaciones para un nuevo intercambio de prisioneros como el de 2011, sólo que mejor. Mi consejo es simple: no permitir a las autoridades ocupantes controlar el factor temporal como hicieron en el caso de Shalit, cuando pasaron casi seis años hasta que se llegó a un resultado. Por ello, una de las condiciones de la resistencia debería ser el establecimiento de un marco temporal específico de principio a fin.

Traducido de Alresalah, 21 de Marzo de 2016

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