El presidente egipcio ha comprado un nuevo jumbo presidencial con un coste de 500 millones de dólares, lo que ha desencadenado un intenso debate en las redes sociales sobre el momento de la compra, que se produce en medio de una grave crisis económica.
Egipto ha estado luchando para generar divisas para las importaciones y para hacer frente a la inflación, que ha estado golpeando duramente al país durante años.
Egipto ha adquirido un avión Boeing 747-8, visto la semana pasada en Shannon (Irlanda), donde estaba siendo sometido a trabajos de pintura por International Aerospace Coatings (IAC).
En 2020, Simple Flying, un sitio web de noticias de aviación, informó de que la compañía aérea alemana Lufthansa vendió uno de sus aviones de pasajeros Boeing 747-8 a un "cliente no identificado".
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El sitio web reveló que el avión 747-8 se convertiría en un avión ejecutivo egipcio, tomando la matrícula SU-GGG.
Los medios de comunicación egipcios informaron del acuerdo de compra del avión Boeing 747-8 en casi 500 millones de dólares, mientras que la presidencia egipcia contradijo que no necesita dicho avión.
El periodista y diputado egipcio Mustafa Al-Bakri condenó las informaciones sobre la compra como "propaganda" de los Hermanos Musulmanes.
Afirmó que el avión se compró por no más de 240 millones de dólares, y señaló que esto se produjo tras un informe de Boeing según el cual el actual Airbus A340 presidencial, de 28 años de antigüedad, no sería apto para su uso en 2023.
El experto egipcio en Derecho Constitucional Nour Farahat dijo que los egipcios aceptarían la narración de Al-Bakri si éste demostraba sus afirmaciones proporcionando al público un informe de Boeing sobre la caducidad del avión presidencial, así como detalles sobre la compra del nuevo.