El movimiento sadrista de Irak ha rechazado los resultados de la reunión de diálogo nacional celebrada el miércoles por invitación del primer ministro Mustafa Al-Kadhimi en busca de una solución para poner fin al estancamiento político del país.
Salih Muhammad Al-Iraqi, cercano al líder del movimiento sadrista Muqtada Al-Sadr, dijo que los resultados de la reunión de diálogo nacional eran "inútiles" y acusó a la mayoría de los asistentes de querer mantenerse en el poder.
Al-Iraqi añadió: "Esta reunión secreta suya no nos concierne en absoluto" y "el pueblo sólo quiere que gente como usted dimita".
A la reunión de diálogo nacional del miércoles asistieron Al-Kadhimi, el presidente iraquí, el presidente de la Cámara de Representantes y el Poder Judicial Supremo, así como la enviada de Naciones Unidas a Irak, Jeanine Plasschaert.
Los resultados de la reunión incluyeron cinco puntos, entre los que destacan: el llamamiento al movimiento sadrista para que participe en el diálogo con el fin de establecer mecanismos para una solución global, el acuerdo de continuar con el diálogo para desarrollar una hoja de ruta legal y constitucional para abordar la crisis actual, y el cese de toda forma de escalada de campo, mediática o política.
Mientras tanto, la Coalición Nacional, encabezada por Iyad Allawi, expresó el jueves su "pesar" por el hecho de que la coalición y otras fuerzas políticas hayan sido excluidas de la reunión de diálogo nacional.
"La reunión excluyó a la mayoría de los partidos políticos, sociales y profesionales nacionales y a los representantes de las manifestaciones", dijo la coalición en un comunicado.
Las tensiones se han disparado en Irak en los últimos días tras el nombramiento de Mohammed Shia Al-Sudani como nuevo primer ministro por el Marco de Coordinación, una coalición de grupos cercanos a Irán.
La medida desencadenó protestas masivas de los partidarios de Al-Sadr, que pidieron la disolución del parlamento y la celebración de elecciones anticipadas.
Esto se produce después de que 73 legisladores del movimiento de Al-Sadr dimitieran en junio del parlamento de 329 escaños tras no poder formar un gobierno de "mayoría nacional", ya que el Marco de Coordinación obstaculizó la formación del gabinete.
Irak lleva nueve meses en un punto muerto político tras las elecciones generales del pasado octubre, en las que el partido de Al-Sadr obtuvo la mayoría, pero desde entonces no ha logrado acordar un nuevo gobierno entre los partidos rivales.