El Tribunal de Primera Instancia de Ramle, Israel, revisó ayer la posibilidad de que el palestino detenido Ahmed Manasra sea puesto en libertad anticipada en virtud de la Ley de Libertad Condicional de Israel de 2001, pero no anunció su decisión, según dijo su equipo de defensa.
El abogado Khaled Al-Zabarqa dijo a los periodistas después de la sesión que una comisión de libertad condicional ha revisado el caso y ha escuchado a todas las partes, pero no emitió una decisión, señalando que el tribunal podría emitir su decisión dentro de una semana.
"Pedimos a la comisión que se niegue a clasificar el caso de Ahmed como terrorismo y que lo transfiera a la comisión de libertad anticipada, especialmente porque se encuentra en un estado físico y psicológico difícil", dijo Al-Zabarka.
Explicó que visitó a Manasra en la prisión y encontró signos de heridas a lo largo de su brazo izquierdo hasta la muñeca, así como heridas en el brazo derecho, y señaló que Ahmed no se comunicaba con él ni visual ni verbalmente y parecía mostrar signos de enfermedad y agotamiento general.
Según Amnistía Internacional, la salud mental de Ahmad empeoró durante su encarcelamiento.
Ahmad Manasra es un joven palestino que fue encarcelado hace 7 años, a la edad de 13 años, por las fuerzas de ocupación y que desde entonces ha sufrido intensas torturas psicológicas, incluido el aislamiento - Caricatura [Sabaaneh/Middle East Monitor].
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Los padres de Ahmad Manasra declararon en febrero de 2022 que a su hijo se le había diagnosticado esquizofrenia, que sufría delirios psicóticos y que padecía una grave depresión con pensamientos suicidas.
La familia dijo que fue golpeado violentamente cuando fue detenido en 2015 a la edad de 13 años, y que había sufrido una fractura de cráneo.
Manasra ha estado detenido ilegalmente durante siete años por la ocupación israelí en circunstancias horribles y actualmente sufre graves problemas de salud mental. Fue detenido con tan sólo 13 años y se le interrogó violentamente sin que estuvieran presentes ni su abogado ni sus padres.
Se le impuso una condena de 12 años de cárcel -que luego se redujo a nueve- por el intento de asesinato de un joven de 20 años y un niño de 12 en un asentamiento judío ilegal en la Jerusalén Oriental ocupada, a pesar de que no participó en el ataque. Su primo fue asesinado a tiros por un israelí en 2015, mientras que Manasra fue brutalmente golpeado por una turba israelí y aplastado por un conductor israelí, dejándole heridas en la cabeza. En el momento de su detención, la ley israelí establecía que los menores de 14 años no podían ser considerados responsables penales.
El mes pasado, el Servicio Penitenciario de Israel (IPS) presentó una petición al Tribunal de Distrito de Beersheba solicitando la prórroga de su confinamiento en solitario.
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