Israel ha concedido a 1.000 palestinos, la mayoría de los cuales se encuentran en la Cisjordania ocupada, un documento de identidad y un pasaporte palestinos para ayudarles a seguir viviendo sin miedo a la deportación, informó la agencia de noticias Wafa.
Hussein Al-Sheikh, ministro palestino de Asuntos Civiles, anunció ayer en un comunicado que su oficina logró que Israel aprobara las solicitudes de ciudadanía y que seguirá haciendo un seguimiento de otros miles de nombres enviados a la parte israelí.
Añadió que las solicitudes incluyen peticiones de documentos de identidad y la cuestión del cambio de domicilio entre Cisjordania y la Franja de Gaza.
Israel controla el registro de la población palestina desde 1967, y el Estado ocupante tiene plena autoridad para expedir documentos de identidad y pasaportes palestinos y decidir quién puede entrar y salir del país.
Israel dejó de tramitar las solicitudes de reagrupación familiar de los palestinos hace 12 años, dejando a miles de palestinos sin estatus legal y sin poder viajar o acceder a la sanidad, el empleo, la educación o el sistema legal, incluso para divorciarse.
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Muchos evitan viajar de una ciudad a otra por temor a ser detenidos en los puestos de control militares donde se comprueba su identidad.
Hussein Al-Sheikh dijo que el gesto de buena voluntad se produce después de la reunión del ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, con el presidente de la AP, Mahmoud Abbas, el 30 de agosto en la ciudad cisjordana de Ramallah.
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