China ha expresado su intención de intensificar su participación en los esfuerzos de mediación para resolver el conflicto entre Israel y Palestina, en una medida que los analistas consideran un desafío a Estados Unidos.
En su intervención de ayer durante un simposio virtual sobre la paz entre palestinos e israelíes convocado por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, dijo que China estaba dispuesta a proponer nuevas ideas para las conversaciones de paz e invitar a representantes de ambas partes a negociar en Pekín.
Yi dijo que China deseaba que la Iniciativa de Ginebra desempeñara un papel más importante en la ampliación del diálogo y reafirmó que la solución de los dos Estados es el único camino hacia una resolución. También conocida como los Acuerdos de Ginebra, la Iniciativa de Ginebra de 2003 es uno de los muchos planes de paz fallidos.
"El pasado y el presente han demostrado una y otra vez que la solución de los dos Estados es la única vía viable para resolver la cuestión palestina, ya que representa el consenso internacional, la equidad y la justicia", dijo Yi durante la conferencia virtual.
En su intervención en la conferencia, el ministro de Asuntos Sociales de la Autoridad Palestina (AP), Ahmed Majdalani, dijo que la AP se proponía "aplicar una serie de medidas para fomentar la confianza entre los pueblos, mejorar la situación humanitaria y abrir una ventana real para las negociaciones que pongan fin al conflicto".
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China es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Su ascenso en los últimos años ha hecho que el Partido Comunista de China (PCC) se convierta en uno de los principales rivales de la hegemonía mundial de Estados Unidos.
Durante las dos últimas décadas, China e Israel han establecido una estrecha relación basada en las inversiones y los vínculos económicos. En ese período, Pekín se ha convertido en el segundo socio comercial de Israel, por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, el CPC no ha evitado adoptar un tono más duro en la cuestión de Palestina.
En 2017, China prohibió a sus nacionales participar en la construcción de asentamientos ilegales en la Cisjordania ocupada, incluso cuando los contratistas chinos estaban ocupados trabajando en proyectos de infraestructura en Israel.
Durante el bombardeo de 11 días de Israel sobre Gaza, en el que murieron más de 250 personas, entre ellas mujeres y niños, China apoyó firmemente al movimiento de resistencia palestino Hamás y denunció a Estados Unidos por obstruir un intento del Consejo de Seguridad de la ONU de hablar con una sola voz sobre las acciones de Israel en Gaza.
Algunos observadores han señalado que el apoyo de Pekín a los palestinos es más bien simbólico e interesado, ya que pretende desafiar a Estados Unidos en la escena mundial. Dado que Palestina goza de un amplio apoyo en la escena internacional, la continua ocupación de Israel y el apoyo incondicional de Washington ponen de manifiesto el doble rasero estadounidense y socavan su pretensión de ser un líder moral.
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