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China: Paneles solares con esclavos uigur

Unas personas se reúnen en Turquía para organizar una protesta contra las políticas y las violaciones de los derechos humanos de China hacia los uigures el 25 de marzo de 2021 [Eren Bozkurt/Anadolu Agency].

La energía verde puede estar afectando negativamente a los derechos humanos, ya que los paneles solares de China se fabrican con mano de obra forzada procedente de campos de concentración uigures, informa la Agencia Anadolu.

Los paneles se fabrican en Xinjiang, donde se encuentra casi la mitad del suministro mundial de polisilicio, ingrediente clave.

El gobierno canadiense, que ya ha manifestado su oposición a los campos que albergan a cerca de un millón de uigures, en su mayoría musulmanes, se mostró molesto por los hallazgos.

"Nuestro gobierno está preocupado por las acusaciones hechas en este informe", dijo la ministra canadiense de Trabajo, Filomena Tassi, en una declaración a Global News. "El trabajo forzoso, en cualquiera de sus formas, es completamente inaceptable, y Canadá sigue plenamente comprometido con la defensa de los derechos humanos y las normas laborales internacionales".

El nuevo informe ha sido elaborado por la organización Helena Kennedy International Justice de la Universidad Sheffield Hallam del Reino Unido.

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"No podemos estar seguros, vivamos donde vivamos, de que la energía verde que tanto queremos promover no esté también promoviendo al mismo tiempo violaciones masivas de los derechos humanos", dijo Laura Murphy, profesora de Derechos Humanos y Esclavitud Contemporánea y miembro del equipo de investigación que está detrás del documento.

El gobierno chino insiste en que los campamentos son sólo para la formación profesional y están destinados a preparar a la gente para las oportunidades económicas.

Pero los informes de múltiples fuentes, incluido el Parlamento canadiense, señalan que los uigures son sometidos a abusos y a menudo se les retira de la línea de trabajo elegida y se les transfiere a otros trabajos, como la fabricación.

Los traslados se realizan bajo una "coacción sin precedentes", según el informe, que añade que los traslados están "bajo la amenaza constante de reeducación e internamiento".

En febrero, la Cámara de los Comunes de Canadá votó por 266 votos a favor y 0 en contra para declarar el tratamiento chino de los uigures como un genocidio. En ese momento, sólo los gobiernos de Canadá y Estados Unidos utilizaban esa denominación.

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