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El principal científico del programa de armas químicas de Siria espió para la CIA, según un nuevo libro

Personas asisten a una protesta para condenar el presunto ataque con gas químico de las fuerzas del régimen de Assad en Estambul, Turquía, el 4 de abril de 2017 [Abdullah Coşkun/Anadolu Agency].

El principal científico del programa de armas químicas sirio habría espiado para Estados Unidos durante años mientras trabajaba para impulsar las capacidades del régimen de Assad, según un nuevo libro que se publica esta semana.

Red Line: The Unraveling of Syria and America's Race to Destroy the Most Dangerous Arsenal in the World, escrito por el galardonado periodista estadounidense Joby Warrick, revela la trayectoria del científico y su papel en el programa de armas químicas de Damasco mientras proporcionaba información a Estados Unidos.

El científico -cuya identidad no revela el autor, pero al que se refiere como "Ayman"- regresó a Siria después de estudiar en Estados Unidos durante la década de 1980 con una beca. Entonces se convirtió en investigador principal de un programa secreto de armas químicas llamado Instituto 3000, que formaba parte de forma encubierta del Centro de Estudios e Investigación Científica de Siria (SSRC), el instituto creado por el padre del presidente Bashar Al-Assad, Hafez, que dirige el desarrollo de armas químicas del régimen.

Según el libro de Warrick, que cita entrevistas con un disidente sirio que conoció al científico y con tres "ex funcionarios de inteligencia de EE.UU. familiarizados con el caso", Ayman se puso en contacto con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a los 30 años mientras estaba en una conferencia en Europa a mediados de la década de 1990.

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Entonces empezó a informar a la agencia sobre asuntos confidenciales, como las muestras de agentes nerviosos en las que trabajaba el Instituto 3000, después de que un oficial de la CIA se pusiera en contacto con él en Damasco, recibiendo pagos regulares "en forma de transferencias de efectivo a una cuenta bancaria extranjera".

Sin embargo, esto terminó a finales de 2001, cuando los servicios de inteligencia sirios llevaron al científico para interrogarlo debido a un caso menor de informes que indicaban que había pedido a los proveedores extranjeros del SSRC pagos a cambio de proponerlos para nuevos contratos.

Creyendo erróneamente que los interrogadores se habían enterado de sus contactos con la CIA, les confesó todo, y posteriormente fue detenido y ejecutado por un pelotón de fusilamiento en la prisión de Adra el 7 de abril de 2002.

A pesar de que el régimen de Assad destruyó gran parte de sus arsenales de armas químicas en 2013 debido a la demanda y la indignación internacionales tras su uso contra la población civil siria y su prohibición según el derecho internacional, el SSRC sigue operando a día de hoy y se cree que sigue desarrollando su arsenal químico.

El mes pasado, las Naciones Unidas admitieron que no estaban seguras de que Siria hubiera eliminado realmente por completo sus arsenales de armas químicas, y este mes la ONU instó al régimen a cooperar con los esfuerzos para deshacerse de las armas que ha utilizado a lo largo de la actual guerra civil.

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