Un grupo de rabinos israelíes de todo el espectro religioso sionista ha emitido una declaración en apoyo de Amiram Ben Uliel, el terrorista judío-israelí condenado el lunes a tres cadenas perpetuas por el asesinato del bebé de 18 meses Ali Dawabsheh y de sus padres, Saad y Riham, el 31 de julio de 2015.
La declaración, que fue publicada después de que Ben Uliel fuera condenado el lunes, afirma que la confesión de Ben Uliel fue extraída a través de técnicas de interrogatorio mejoradas y que por lo tanto es legalmente inadmisible. Ha sido firmada por alrededor de dos docenas de rabinos, incluyendo al rabino Haim Drukman, posiblemente el líder religioso más influyente de Israel.
"La preocupación de que un hombre inocente pueda ser encarcelado por el resto de su vida ante nuestros ojos no nos deja descansar. Es nuestro deber ayudar tanto como sea posible por el bien de la justicia para Amiram", escribieron los rabinos.
La declaración conjunta incluía un llamado al público en general a donar "generosamente y de corazón" a una campaña de financiamiento para un equipo de abogados superiores de la defensa que se espera que desafíe el veredicto del lunes en la Corte Suprema de Israel.
También se han hecho eco de esos llamamientos personalidades israelíes muy conocidas, entre ellas Yair Netanyahu, hijo del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. El lunes, el joven Netanyahu retomó un enlace a un evento para recaudar fondos para ayudar en la defensa de Ben Uliel creado por Honenu, un grupo de asistencia legal de extrema derecha que busca salvaguardar a los israelíes judíos de cualquier implicación legal que surja de la violencia antiárabe/palestina.
En respuesta al llamamiento de los rabinos para la liberación de Ben Uliel, el periodista británico-palestino Zaher Birawi señaló: "La emisión de tales declaraciones indica claramente el nivel de racismo que prevalece en toda la sociedad israelí, ya sea a nivel político o en todo el establecimiento religioso. En efecto, refleja la verdadera cara del Estado de ocupación, que trata de enmascarar el sentimiento racista antipalestino/árabe mediante la labor realizada por órganos institucionales centrales como el ministerio de Relaciones Exteriores o el ministerio de Asuntos Estratégicos". El mundo libre debe prestar atención a ese sentimiento, así como a informar sobre la incitación y el odio de Israel contra los palestinos, y rechazarlo con urgencia. Con este telón de fondo, las paradójicas suposiciones de que Israel es un oasis de democracia en el Oriente Medio deben ser deconstruidas en medio de un racismo tan evidente".
El caso de la familia Dawabsheh y el ataque incendiario que mató a Ali, de 18 meses de edad, a sus padres y dejó a Ahmed, de cinco años de edad, como único superviviente con quemaduras de segundo y tercer grado en más del 60% de su cuerpo, es uno de los más atroces ataques antipalestinos que han tenido lugar en la historia reciente de Israel.
Los llamados ataques han ido en aumento en los últimos años a medida que el movimiento de colonos en Israel se ha ido envalentonando cada vez más por la falta de rendición de cuentas por esos ataques. En los primeros cinco meses de 2020, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH) documentó 143 ataques de "etiquetaje" que causaron heridas a 63 palestinos, entre ellos 13 niños, y daños a más de 3.700 árboles y arbolitos, diversos cultivos de campo y más de 100 vehículos.
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