El ejército israelí admitió ayer que una evaluación errónea del riesgo para los civiles condujo al asesinato de ocho miembros de la misma familia en la Franja de Gaza.
El 14 de noviembre, un ataque aéreo israelí atacó la casa del funcionario palestino y líder de la Yihad Islámica Rasmi Abu Malhous en el vecindario de Deir Al-Balah, lo que condujo al asesinato de ocho miembros de la misma familia, incluidos cinco niños.
El ejército israelí explicó en un comunicado que la inteligencia reunida antes del ataque indicó que la casa estaba clasificada como un "complejo militar perteneciente al grupo de la Yihad Islámica".
La declaración agregó que el ejército había "estimado que los civiles no se verían perjudicados como resultado de un ataque que no se creía accesible para los civiles".
Más tarde, una investigación del ejército concluyó que "a pesar de que la actividad militar se llevó a cabo en el complejo, no era un complejo cerrado y, en realidad, había civiles allí", agregó.
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El ejército israelí dijo en su declaración que aprendería de sus "errores" para reducir "la recurrencia de eventos irregulares similares", y subrayó que había hecho "esfuerzos considerables ... para reducir el daño a los no combatientes".
Además, la declaración del ejército culpó a la Yihad Islámica por explotar a los civiles y exponerlos al peligro "al colocar sus activos militares en el corazón de la población civil y al actuar deliberadamente desde áreas civiles densamente pobladas".