Por lo menos una persona ha perdido la vida y siete han resultado heridas al hundirse una barca cargada de migrantes que se dirigía a Italia.
Según fuentes citadas por la agencia AFP, la barca, de fabricación casera, transportaba a jóvenes tunecinos y había partido de la ciudad costera de Zarzis. El accidente se produjo cerca de la isla de Djerba sobre las tres de la mañana del domingo, tras 21 horas de navegación.
La barca fue avistada por pescadores que alertaron a la Guardia Nacional, según explicó más tarde el portavoz de esta institución, Houssemeddine Jebabli. El cuerpo sin vida de uno de los migrantes fue rescatado del mar junto con 7 supervivientes. Dos hombres, de los que se sospecha que uno capitaneaba la embarcación mientras que el otro le ayudaba, huyeron del lugar de los hechos.
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El número de migrantes que parten de las costas tunecinas se ha reducido, pero aun así muchos jóvenes siguen arriesgando las vidas con la esperanza de alcanzar una vida mejor en Europa. Según la Agencia para la Migración de la ONU, 1.443 personas han perdido la vida o han desaparecido intentando cruzar el Mediterráneo en la primera mitad de 2018.
El nuevo gobierno populista italiano ha prometido detener la crisis migratoria, y está presionando a los países del Magreb para que impidan a los migrantes ponerse en camino. El mes pasado, las fuerzas de seguridad tunecinas interceptaron una barca que había partido de la costa de El Haouaria cuando pretendía abandonar las aguas territoriales del país. Cuatro presuntos traficantes fueron detenidos, mientras que el resto logró escapar.
El ministro del interior italiano, Matteo Salvini, advirtió esta semana que Italia no aceptaría ya la devolución de refugiados desde otros países europeos, a pesar de que las regulaciones europeas permiten la deportación de migrantes al primer país europeo al que entraron.
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“Si alguien de Berlín o de Bruselas está pensando en dejar tirados en Italia a docenas de inmigrantes tras montarlos en vuelos chárter no autorizados, será mejor que sepa que no hay y que no habrá ningún aeropuerto disponible,” amenazó el viceprimer ministro y líder de la xenófoba Liga a través de Twitter. “Cerraremos los aeropuertos igual que cerramos los puertos”.
Italia ha intentado también enviar a migrantes de vuelta a los centros de tránsito existentes en Libia, a pesar de que el derecho internacional prohíbe la deportación de refugiados a lugares en los que sus vidas estén en peligro. Tanto las Naciones Unidas como la Unión Europea han reconocido que Libia no es un país seguro, pero en julio Salvini pidió a los ministros europeos del interior que revisasen esa clasificación.
El Gobierno italiano ha proporcionado ya fondos a Libia para que evite que los migrantes y refugiados se dirijan a Europa, a pesar de que es posible que los así retenidos se vean sometidos a malos tratos, abusos sexuales y esclavitud.
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