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EE.UU. actúa para socavar el apoyo al gobierno iraní de la población

El Director de la CIA y firme candidato para ser el nuevo Secretario de Estado, Michael Pompeo [Gage Skidmore / Wikipedia]

El Gobierno de Donald Trump ha lanzado una ofensiva online para fomentar el descontento de la población iraní y presionar a las autoridades de aquel país para poner fin a su programa nuclear y dejar de apoyar a grupos armados, según han revelado a Reuters fuentes estadounidenses con conocimiento de la situación.

La campaña ha sido impulsada por el secretario de estado Mike Pompeo y por el asesor en materia de seguridad nacional John Bolton. Según han confirmado más de media docena de altos funcionarios, en activo y retirados, el objetivo es complementar la asfixia económica ejercida sobre Irán a través de la reimposición de sanciones. Después de que el pasado 8 de mayo Trump anunciara la retirada de EE.UU. del acuerdo nuclear alcanzado con Irán en 2015, la presión se ha intensificado.

Los funcionarios actuales y antiguos que hablaron bajo condición de anonimato revelaron que la campaña busca mostrar a los líderes iraníes de forma poco favorecedora. Para ello se emplean en ocasiones informaciones exageradas o contradictorias, e incluso declaraciones que en realidad proceden de gobiernos anteriores.

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La Casa Blanca se ha negado por el momento a hacer declaraciones al respecto. El Departamento de Estado por su parte no ha respondido a la peticiones de información sobre la campaña en general y sobre el papel de Pompeo.

Un alto de cargo del Gobierno iraní, por otro lado, rechazó que la iniciativa estadounidense pudiera tener ningún impacto, recordando que EE.UU. ha tratado de minar a las autoridades iraníes desde la revolución islámica de 1979. “Sus esfuerzos fracasarán de nuevo,” vaticinó.

 

Más publicaciones críticas

La cuenta de Twitter en farsi del Departamento de Estado, así como su página web ShareAmerica –descrita como una plataforma para alimentar el debate sobre la democracia- han publicado varios posts críticos con Teherán a lo largo del último mes.

En la sección de la web titulada “Enfrentando al Extremismo Violento”, cuatro de los cinco artículos más relevantes se refieren a Irán, e incluyen titulares como “Esta compañía aérea iraní ayuda a promover la violencia y el terrorismo”.

El propio Pompeo, en sus discursos y publicaciones en las redes sociales, se dirige con frecuencia directamente a los iraníes y a la diáspora iraní.

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El 21 de junio, el secretario de estado tuiteó gráficos con titulares como “Crecen las protestas en Irán”, “Los iraníes merecen que se respeten sus derechos humanos” o “Los guardias revolucionarios iraníes se enriquecen mientras las familias iraníes pasan dificultades”. Los tuits fueron traducidos al farsi y publicados en la página de ShareAmerica.

El domingo, Pompeo pronunció en California un discurso titulado “Apoyando a las Voces Iraníes” y se reunió con estadounidenses de origen iraní, muchos de los cuales huyeron de la revolución islámica que puso fin al gobierno del sha Mohammad Reza Pahlevi.

Un funcionario del Departamento de Estado explicó que el objetivo no es un cambio de régimen en Irán, sino un cambio en el comportamiento del régimen. “Sabemos que estamos forzando a Irán a tomar algunas decisiones difíciles. O bien pueden cambiar su comportamiento, o bien se encontrarán cada vez con más dificultades a la hora de llevar a cabo sus actividades malignas,” aclaró el funcionario en un encuentro con periodistas antes del discurso de Pompeo. “Pensamos que estamos ofreciendo una visión muy positiva de lo que podríamos lograr, y de lo que podría lograr el pueblo iraní,” afirmó, hablando bajo condición de anonimato.

 

Una campaña basada en hechos incompletos y distorsionados

Las fuentes que aceptaron hablar con la agencia Reuters coincidieron en que algunas de las informaciones diseminadas son incompletas o han sido distorsionadas.

En un discurso pronunciado el 21 de mayo en Washington, Pompeo dijo que los líderes iraníes se habían negado a invertir en la población los fondos liberados por el acuerdo nuclear, empleándolos en cambio con fines bélicos o en corrupción.

Sin embargo, cuando el director de la Agencia de Inteligencia de la Defensa Robert Ashley testificó ante el Senado estadounidense en marzo, apuntó que, a pesar de haber invertido en seguridad, la principal prioridad de Teherán a corto plazo estaba siendo el gasto social.

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Pompeo también acusó a Irán de patrocinar a grupos armados y terroristas chiíes, que se habrían infiltrado en las fuerzas de seguridad iraquíes amenazando la soberanía de Irak, todo ello durante el periodo del acuerdo nuclear.

A pesar de que las milicias iraquíes apoyadas por Irán han sido acusadas de abusos a civiles, estos grupos armados lucharon contra los extremistas de Daesh y evitaron que estos se hicieran con el control de Irak en 2014, después de que el ejército se viera incapaz de hacerles frente. A continuación apoyaron las ofensivas respaldadas por EE.UU. que se liberaron los territorios controlados por Daesh, y algunas de sus unidades han sido incorporadas en las fuerzas de seguridad iraquíes.

Los expertos creen que la administración de Trump también está exagerando la cercanía entre Irán, los talibanes afganos y Al-Qaeda.

El Departamento de Estado no respondió a las peticiones para comentar la exactitud de la información que está diseminando.

 

Dos posibles resultados

Karim Sadjadpour, un experto del think tank Fondo Carnegie para la Paz Internacional, considera que la estrategia de estrangular económicamente a Irán y de avivar el descontento público puede resultar en dos opciones.

“Un resultado posible es la capitulación, que Irán tenga recortar no sólo su programa nuclear sino también sus ambiciones regionales,” dijo Sadjadpour. “La segunda opción es la implosión de la República Islámica”.

Pero otros expertos, así como algunos oficiales estadounidenses, han advertido de que promover el caos en Irán podría alimentar el autoritarismo del régimen, así como una política exterior más agresiva, incrementando el riesgo de una confrontación entre EE.UU. e Irán.

Hace tiempo que Washington considera a Teherán el mayor “patrocinador estatal del terrorismo”, puesto que arma y financia a grupos armados como Hezbolá en el Líbano. Los líderes iraníes llaman a la destrucción de EE.UU. e Israel, y los grupos que actúan bajo órdenes de Irán han matado a cientos de soldados y diplomáticos estadounidenses desde la revolución islámica.

Los anteriores gobiernos estadounidenses sacaron partido de estos hechos para lanzar sus propias campañas contra Teherán. Fue bajo el gobierno del presidente George W. Bush que EE.UU. estableció Radio Farda, una emisora que retransmite “noticias objetivas y precisas para contrarrestar la censura estatal y la cobertura mediática ideológica”. El gobierno de Barack Obama, por su parte, lanzó en 2011 una cuenta de Twitter en farsi.

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