La ONG palestina Addameer ha publicado una hoja informativa detallada acerca de las repercusiones que sufren los niños palestinos detenidos y procesados por Israel. Aunque hay bastantes archivos disponibles respecto a este tema, Addameer se ha centrado en la persecución de los niños palestinos en Jerusalén, analizando la intensificación de las políticas agresivas israelíes en Jerusalén Oriental desde 2016 hasta la fecha.
Born a Target: the arrest and prosecution of Jerusalem’s Palestinian Children (abril de 2018) parte del contexto histórico ya pasa a las políticas que han hecho que los palestinos, en especial los niños, sean vulnerables a la violencia israelí. En este breve informe se incluyen testimonios de estos niños, que reflejan la violencia física y psicológica utilizada durante los procedimientos israelíes de detención e interrogatorio. Esta información es muy valiosa, ya que habla de la persecución por parte de Israel contra los niños palestinos dentro del contexto político.
La hoja informativa considera las varias formas de coacción empleadas por Israel para discriminar a los palestinos en Jerusalén, señalando que la persecución de los niños palestinos se añade a la lista de problemas sociales, como las demoliciones de casas, los desalojos forzados y la revocación de permisos de residencia. Por lo tanto, no sólo se trata de la persecución contra un segmento de la población, sino de un plan más meticuloso que pretende infligir dificultades perpetuas en su vida.
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La persecución de los niños supone aún más dificultades para las familias, sobre todo debido al secretismo incluido en las primeras etapas del interrogatorio, durante las que el niño detenido queda completamente aislado de cualquier forma de contacto con su familia. Si las detenciones se consideran dentro del marco de la opresión impuesta sobre los palestinos en Jerusalén, podemos encontrar una tendencia a perturbar a la sociedad abusando de las generaciones más jóvenes y, con ellos, amenazar a la seguridad del resto de la familia. Un testimonio incluido en el informe señala estas medidas.
Un joven palestino de 16 años, que fue detenido e interrogado en 2017 que fue amenazado, declara:
“Me presionaron mucho, dijeron que cancelarían mi carnet de identidad de Jerusalén y que emitirían una orden para la demolición de la casa de mi familia”.
Addameer también señala que, desde octubre de 2015, cuando comenzó lo que Hamas denominó como la “intifada de Jerusalén”, Israel ha intensificado su persecución hacia los niños palestinos de Jerusalén, describiendo su política como “una campaña concertada de arrestos y encarcelamientos”. El informe señala que los niños acusados de lanzar piedras se encuentran con obstáculos para su desarrollo social y psicológico, debido a las duras sentencias que provocan la marginación del niño de la sociedad, debido a encarcelamientos o arrestos domiciliarios de larga duración, lo que perjudica, entre otras cosas, a su formación académica. Un niño que perdió cinco meses de clase y después pudo continuar – con la condición de ir acompañado de su madre – acabó por abandonar la escuela.
“Estuvo ansioso, confuso y perdido desde el día que fue detenido”, explicó su madre. “Creo que querían destruirle”.
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El informe concluye que existe una brecha entre la ley interna de Israel y su aplicación sobre los niños palestinos en Jerusalén. Pero es poco probable que esta brecha se cierre, dada la falta de presión internacional, no sólo en cuanto a los abusos contra los derechos humanos sino también respecto al aislamiento político que sufren los palestinos. Es vergonzoso que, a falta de llamamientos y presión, ambos inútiles a la hora de impedir las políticas israelíes, Israel y la comunidad internacional se hayan confabulado para restringir el cumplimiento de los derechos legales, civiles y humanos de los palestinos.
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